21 DE MARZO: DIA FORESTAL MUNDIAL
“Por la cima del árbol he de ir,
por la cima del árbol has de venir,
por la cima del árbol verde
donde nada y todo se pierde.”
Juan Ramón Jiménez.
EL ESPACIO FORESTAL ANDALUZ
Aproximadamente el 50% de la superficie de Andalucía puede considerarse forestal, dando a este término una definición amplia. De esta superficie, algo más de la mitad está constituida por masas arboladas. El resto más de un millón y medio de hectáreas lo ocupan terrenos no arbolados.
Tan amplia superficie apenas aporta, sin embargo, un 2% de la producción final agraria. Caza, madera, frutos y corcho son los principales aprovechamientos de la producción forestal, a los que hay que añadir pastos, leña, pesca fluvial, hongos, plantas aromáticas.
Las causas de la baja rentabilidad de los espacios forestales hay que buscarlas en razón tanto del propio medio natural como de la deficiente estructura del sector.
Los principales bienes económicos de los montes andaluces alcanzan una productividad inferior a la de otras áreas por evidentes limitaciones climáticas, como el intenso y prolongado periodo seco interanual. Pero la desventaja tan sólo es cierta si se circunscribe a aquellos bienes valorados en el mercado. El monte produce sin interrupción otros bienes económicos y sociales insustituibles que no se contabilizan en términos monetarios (incremento de recursos hídricos, suavización del clima, protección de suelos).
En todo caso, la baja productividad no solo es achacable a las condiciones del medio, importantes deficiencias internas del sector contribuyen a ello: existencia de grandes superficies de matorral degradado; inadecuada explotación en los espacios arbolados; desvalorización y abandono de ciertos aprovechamientos, como pastos y frutos, tan entrelazados en el sistema ganadero-forestal de las dehesas y el monte mediterráneo, por la crisis de rentabilidad de la ganadería extensiva; deficiencias en la infraestructura económica, ya que los productos forestales generan un escaso valor añadido dentro de la propia región, y generalmente son exportados sin apenas transformaciones industriales y mediante inadecuados sistemas de comercialización.
En las últimas décadas, las comarcas forestales andaluzas se han mostrado incapaces de generar suficientes rentas y empleos como para mantener una población estable, de tal modo que en las cinco últimas décadas han perdido casi la mitad de su población.
La práctica totalidad de los recursos hídricos útiles superficiales se generan y almacenan sobre los espacios forestales. La permanencia de una cubierta vegetal adecuada es un requisito imprescindible para optimizar el ciclo del agua, facilitando la infiltración y la retención. No menos importante es su papel en la mejora de la fertilidad de los suelos y, como consecuencia, en el mantenimiento de condiciones de estabilidad de los mismos.
Frente a la dicotomía entre montes productores y montes protectores que dominó durante mucho tiempo el panorama andaluz, va tomando cuerpo la opción que cree posible compatibilizar la generación de utilidades económicas y beneficios sociales y ambientales en un mismo monte. Sólo así será posible lograr un desarrollo duradero, capaz de mantener la riqueza y los valores naturales y de superar la marginalidad económica y territorial. Y es que, como dijo el poeta: “Hay también medias verdades / que para ser verdaderas / les basta con ser mitades”.
Francisco Arias Solise-mail: aarias@arrakis.esURL: http://www.arrakis.es/~aarias
La paz no se reduce a la ausencia de guerrasAviso: Se ruega a los internautas que pongan en sus páginas el logotipo o banner de Internautas por la Paz y la Libertad que figura en la URL:http://www.arrakis.es/~aarias/internau.htm
Gracias.
sábado, 24 de marzo de 2007
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