VITTORIA COLONNA
(1492-1547)
“¡Oh cuantos llorarán las perdidas horas,
recibidas como dote por la breve alegría,
que los halaga en perjuicio perpetuo de ellos!”
Vittoria Colonna.
LA VOZ DE LA MUSA DE MIGUEL ÁNGEL
Algunos de los versos del admirable escultor, pintor y arquitecto Miguel Ángel Buonarroti merecen ser leídos y saboreados, por su positiva belleza, siendo su musa inspiradora, por él admirada y respetada, la célebre Vittoria Colonna, la poetisa italiana más importante del siglo XVI, gran mujer, virtuosa, de exquisita cultura, casada con el marqués de Pescara, español muy distinguido en la milicia, a quien ella dirigió, después de la derrota y las heridas sufridas en la batalla de Rávena, en que fue hecho prisionero, la sentida y bella epístola que empieza así: “Eccelso mio signor, questa ti scrivo / Per te narrar tra quante dubbie voglie, / Fra quanti aspri martir dogliosa io vivo”.
Vittoria Colonna nació en Marino en abril de 1492 y falleció en Roma el 25 de febrero de 1547. Hija de una noble familia romana, todavía niña su familia concertó su matrimonio con Fernando Francisco de Ávalos, marqués de Pescara, un ilustre militar español, residente en Nápoles, la boda se celebró el 27 de diciembre de 1509, en la isla de Ischia. Al poco tiempo, su marido se vio obligado a participar en la guerra contra Francia, siendo hecho prisionero en la batalla de Rávena, en 1512, posteriormente, en 1525, sufrió graves heridas en la batalla de Pavía, que le causaron la muerte. La noticia del fallecimiento del marqués, causó un gran impacto en la poetisa que se retiró a la isla de Ischia y seguidamente en Nápoles. Escribiendo en este período su famosas Rimas, divididas en dos partes, Rimas amorosas y Rimas espirituales, que fueron celebradísimas por su estilo petrarquiano y delicado, y que fueron publicadas en un tomo titulado Rimas de la diva Vittoria Colonna de Pescara (1538). Colonna entró en contacto con un grupo de eclesiásticos que trataban de impulsar una corriente reformista en el seno de la Iglesia católica entre los que se encontraba el erasmista español Juan de Valdés. En 1539 regresó a Roma donde mantuvo una apasionada amistad con Miguel Ángel, quien la admiró por su pluma, su talento y su hermosura, dedicándole varios de sus sonetos y dibujos. Sus últimos años los pasó entregada a la meditación religiosa, pasando de convento en convento.
Vittoria Colonna tiene también muy bellos sonetos, entre los que merecen leerse no pocos contenidos, principalmente, en sus Rimas. Entre 1899 y 1901 se editó su Epistolario que recoge mucha de la correspondencia mantenida con figuras destacadas de la política y del pensamiento de la época. También destacan sus composiciones en prosa de tema religioso, entre las que se cuentan: Pianto della marchesa di Pescara sopra la passione di Christo y la Oratione della medesima, sopra l’Aue Maria.
La crítica actual se muestra con ella mucho más severa de lo que lo fue la su época. Se le acusa de poco espontánea y fría, prefiriendo a sus versos los mucho menos conocidos de otras dos poetisas: Verónica Gámbara y Gaspara Stampa, los de esta última, sobre todo, que murió antes de los treinta años de edad, víctima de una pasión desgraciada. Y como dijo la musa de Miguel Ángel: “Puesto que el mal por naturaleza no les aburre / y del bien por razón placer no tienen, / ¡tengan al menos de Dios justo temor!”.
Francisco Arias Solis
e-mail: aarias@arrakis.es
URL: http://www.arrakis.es/~aarias
Jamás hubo una guerra buena o una paz mala.
Aviso: Se ruega a los internautas que pongan en sus páginas el logotipo o banner de Internautas por la Paz y la Libertad que figura en la URL:
http://www.arrakis.es/~aarias/internau.htm
Gracias.
domingo, 4 de enero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario