domingo, 28 de diciembre de 2008

Arthur Miller por Francisco Arias Solis

ARTHUR MILLER
(1915-2005)

“¿Puede uno recordar el amor?
Es como tratar de evocar el aroma
de las rosas en un sótano. Puedes ver la rosa,
pero nunca el perfume.”
Arthur Miller.

LA VOZ DE LOS “PERDEDORES”.

Arthur Miller es uno de los dramaturgos más importantes del siglo XX. Desde una perspectiva liberal, militante, Miller señala constantemente en su obra la interrelación entre los aspectos sociales y psicológicos en la vida de los hombres, centrándose en un elenco de personajes que la sociedad estadounidense define como “perdedores”. Casi todas sus obras son reflejo de una inmediata experiencia personal o retazo de su vida, desde las relaciones con sus padres y hermanos, la situación de persecución al comunismo en Estados Unidos en la época de McCarthy, sus traumas personales ante el trabajo, el papel en la vida..., pero todo ello está elevado a un plano de generalización que, junto a su buen oficio teatral, hace que sus personajes y problemáticas tengan alcance universal. El teatro de Miller está en la línea del iniciado por O’Neill, con un carácter más culto y cerebral dada su formación universitaria, y el medido estudio de la estructura dramática.

Arthur Asher Miller nació en Nueva York el 17 de octubre de 1915 y falleció en Roxbury, Connecticut, el 10 de febrero de 2005. Hijo de inmigrantes judíos, su padre era un fabricante de abrigos que se arruinó durante la Gran Depresión. Estudia periodismo en la Universidad de Michigan (1932), al mismo tiempo que trabaja para costearse los estudios. Gana pronto un premio literario por dos años consecutivos (1936-1937), que le estimula extraordinariamente. Miller fue objeto de la “caza de brujas” del senador MacCarthy y hubo de comparecer en 1956 ante el Comité de Actividades Antiamericanas. Fue condenado por desacato al no querer delatar a los miembros de un círculo literario sospechosos de actividades procomunistas, pero la sentencia fue apelada y finalmente fue absuelto. Contrajo matrimonio en tres ocasiones, en 1940 se casó con Mary Grace Slattery, de la que se divorció en 1956, para casarse con la mítica actriz cinematográfica Marilyn Monroe, matrimonio que gozó de una gran popularidad durante los más de cuatro años que duró, pero las infidelidades y problemas con las drogas de la actriz terminaron con el matrimonio. En 1962, nuevamente se casa con la fotógrafa de prensa austriaca Inge Morath, matrimonio que duró hasta la muerte de Inge en 2002.

Autor de obras de tesis, tras una novela Focus (1945) se dio a conocer con la pieza teatral Todos eran mis hijos (1947), obra que obtuvo en 1948 el premio de la Crítica de Nueva York. En 1949 consiguió un gran éxito internacional con La muerte de un viajante, que le valió el premio Pulitzer, y, de nuevo, el premio de la Crítica de Nueva York, colocándole a la cabeza de los autores teatrales de su país. Otras obras suyas destacables son: el alegato antimaccarthista Las brujas de Salem (1953), Panorama desde el puente (1955, premio Pulitzer), Vidas rebeldes (1960), Después de la caída (1964), inspirada en su relación con la que fue su esposa, la actriz Marilyn Monroe, Incidente en Vichy (1964), El precio (1968), La creación del mundo y otros negocios (1972), El arzobispo (1977), El reloj americano (1980), Vueltas al tiempo (1987), su autobiografía, El descenso del monte Morgan (1991) y Cristales rotos (1994). En el año 2002 fue galardonado con el premio Príncipe de Asturias de las Letras. Y como dijo el gran dramaturgo estadounidense: “El teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma”.

Francisco Arias Solis
e-mail: aarias@arrakis.es
URL: http://www.arrakis.es/~aarias


La primera víctima de la guerra es la infancia.

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Gracias.

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