martes, 9 de diciembre de 2008

Ernst Jünger por Francisco Arias Solis

ERNST JÜNGER
(1895-1998)

“Desde hace ya mucho está preparada la batida del ser humano,
una batida que no deja escapatoria ninguna, y está preparada
por teorías que aspiran a dar una explicación lógica y compacta
del mundo y que corren parejas con el desarrollo técnico”.
Ernst Jünger.

LA VOZ DEL INDIVIDUALISMO

La obra de Ernst Jünger se caracteriza por encarnar en las fuerzas de la naturaleza o en personajes de ficción los problemas eternos del ser humano. Gran defensor del individualismo y de los valores heroicos, escribió el ensayo El trabajador (1932), diagnóstico de la época con caracteres de profecía, en la que ser humano ha destruido en sí mismo toda individualidad. Muy próximo al nazismo en un período de su vida, se aleja de él progresivamente llegando a criticarlo en Sobre los acantilados de mármol (1939) y Jardines y calles (1942), donde condena el ataque a Francia, retiradas de la circulación por sus ataques al nazismo. La alegoría y cierto humanismo clásico parecen ser los ingredientes de algunas de sus obras: El camino de bosque (1951), Visita a Godenholm (1952), Años de ocupación (1958), Cazas sutiles (1967), Aproximaciones, drogas y ebriedad (1970) y Números y dioses (1974).

El escritor alemán Ernst Jünger nació en Heildeberg el 29 de marzo de 1895 y falleció en Wiflingen el 17 de febrero de 1998. Siendo todavía menor de edad se alistó a la Legión Extranjera Francesa y viajó a África. Participó en la primera guerra mundial y expresó sus experiencias en Tormentas de acero (1920) y La lucha como experiencia interior (1922), que propugnaban un individualismo heroico y nihilista. Al finalizar la guerra, en la que fue herido en varias ocasiones, recibió la orden “Pour le mérite”. Fue militar hasta 1923, año en que inició los estudios de filosofía y ciencias naturales en la Universidad de Leipzig. Sus ensayos defienden el individualismo, la libertad, al lado de una posible simpatía por el totalitarismo en la sociedad: La movilización total (1931), El trabajador (1932) y Hojas y piedras (1934). En 1933 renuncia a ser admitido en la Academia Prusiana de las Artes que le había ofrecido el régimen nazi. Realiza viajes por Noruega, Brasil, Canarias y Marruecos. Participó en la segunda guerra mundial con el grado de capitán, pasando una parte de la guerra en el París ocupado. En sus diarios-ensayos, escritos durante la segunda guerra mundial, trató de su crisis interior: La paz (1946). A partir de los años 50 varios de sus libros tratan sobre la experiencia psicodélica. En 1982 recibió el premio Goethe. En 1995 a la edad de cien años fue investido doctor honoris causa por la Universidad Complutense de Madrid.

Otras obras de Jünger: Diario (1952), Rivarol (1956), Abejas de cristal (1957), En el muro del tiempo (1959) y El Estado universal (1960). Entre su obra posterior destacan los libros de ensayo Ad hoc (1970), Filemón y Baucis (1973), La tijera (1990) y las novelas Eumeswil (1977) y Un encuentro peligroso (1985). Y como dijo el escritor alemán, al enterarse de la progresiva exterminación de judíos: “El uniforme, las condecoraciones y el brillo de las armas, que tanto he amado, me producen repugnancia”.

Francisco Arias Solis
e-mail: aarias@arrakis.es
URL: http://www.arrakis.es/~aarias


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