SYLVIA PLATH
(1932-1963)
“Tengo sólo treinta años.
Y como gato he de morir nueve veces.
Esta es la Número Tres,
Qué desperdicio
Eso de aniquilarse cada década.”
Sylvia Plath.
LA VOZ DE LA AMANTE DE LA PERFECCIÓN
La vida y obra de la poetisa y novelista estadounidense Sylvia Plath, eje de numerosos debates feministas, revelan el estrecho vínculo entre la mujer escritora, la locura y la historia. Las condiciones sociales de la identidad femenina y la pasión de la inspiración poética fueron temas recurrentes en su escritura. A su fama mundial contribuyó, además de su suicidio a la edad de treinta años, la condición de mujer emblemática que le otorgaron ciertos grupos de defensa de los derechos femeninos. Plath, una de las exponentes de la poesía confesional, fue una amante de la perfección. “El no ser perfecta -dijo-, me hiere”. Para muchos Plath es la poeta estadounidense más importante del siglo XX y todos la consideran una de las figuras más relevantes del panorama literario estadounidense.
Sylvia Plath nació en Boston, Massachusetts, el 27 de octubre de 1932 y falleció en Pimrose Hill, Londres, el 11 de febrero de 1963. Sus padres de ascendencia alemana se dedicaron a la enseñanza, el padre era profesor de la Universidad de Boston y un especialista en entomología y su madre profesora de alemán e inglés. A muy temprana edad la poetisa mostró su gran talento, extraordinaria sensibilidad y su tremendo amor a la literatura. Cuando escribió su primer poema sólo contaba con ocho años de edad. La muerte del padre en 1940 la marcó durante toda su corta vida. Estudió en la universidad Smith College, donde ya intentó el suicidio por lo que hubo de ser tratada en una institución psiquiátrica. Tras su brillante graduación, con una beca Fulbright se trasladó a Gran Bretaña para estudiar en la Universidad de Cambridge, donde colaboró en el periódico universitario Varsity y conoció al poeta Ted Hughes, con quien contrajo matrimonio en 1956. Su viaje de boda fue a España. La infidelidad de Hughes puso fin al matrimonio y las relaciones de éste con Assia Guttman, esposa del poeta David Wevil, acrecentaron la inestabilidad emocional y la depresión de Silvya Plath, que terminó con su vida abriendo la espita de gas en la cocina de su domicilio. Se suicidó por celos. Mucho antes había escrito en las páginas de su diario: “Tengo celos de los hombres. Una envidia profunda y peligrosa que puede corroer, imagino, cualquier tipo de relación. Una envidia nacida del deseo de ser activa y hacer cosas, no ser pasiva y sólo escucharlas”.
Antes de su temprana muerte había publicado ya un libro de poesías, El coloso (1960) y una novela autobiográfica, con el seudónimo de Victoria Lucas, La campana de cristal (1963), ambientada en la Nueva York de los años cincuenta. Entre sus libros póstumos destacan Ariel (1965), Cruzando el agua (1971) y Árboles invernales (1972). En 1982 se le concedió póstumamente el Premio Pulitzer a su colección de Poemas escogidos editada y publicada por Ted Hughes en 1981. Y como dijo la poeta estadounidense: “Quizás cuando nos encontramos deseando todo, es porque estamos peligrosamente cerca de no desear nada”.
Francisco Arias Solís
Se ama la libertad como se ama y se necesita el aire, el pan y el amor.
XIII Festival Poético por la Paz y la Libertad dedicado a Mario Benedetti.
URL: http://www.internautasporlapaz.org
Nos gustaría contar con su participación.
Gracias.
miércoles, 2 de septiembre de 2009
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