martes, 22 de junio de 2010

Elena Garro ~ Francisco Arias Solís


ELENA GARRO
(1920-1998)

“Estaba en España hacía unos días para asistir a un congreso de
intelectuales antifascistas. Yo no era intelectual, ni era anti nada.
Era coreógrafa del Teatro Universitario y me estaba licenciando
en Letras. Mis ídolos eran los bailarines del ballet ruso de
Montecarlo, pero me había casado unos días antes con un poeta
invitado: Octavio Paz, que formaba parte de la delegación
mexicana, compuesta por Carlos Pellicer y José Mancisidor. La
delegación creció con los que se auto invitaron y llegaron a
España a darme la lata acusándome de “pequeña burguesa...”.
Elena Garro.


LA VOZ PRECURSORA DEL REALISMO MÁGICO

Elena Garro, la escritora más importante del siglo XX mexicano, viaja a España, acompañando a su esposo Octavio Paz para asistir en julio de 1937 al II Congreso Escritores convocado por la Alianza Internacional de Intelectuales Antifascistas. En sus recuerdos de aquel viaje nos ha dejado un breve y curioso retrato del poeta Luis Cernuda: «En Valencia también, cuando me escapaba a la playa, veía todos los días a un inglés tendido sobre una toalla blanca y con un bañador azul. Nadie se bañaba, sólo aquel solitario y yo. Los chiringuitos estaban cerrados y la playa desolada. No fue él quien me dirigió la palabra fui yo: “¿Usted es inglés?”... “No. Soy español”. “Pues tiene usted un color más bonito que el mío”, dije. “Es que hace más tiempo que vengo a la playa”, contestó. “Yo casi no puedo venir. Estoy casada con un poeta y a esa gente no le gusta el deporte...”, dije. El joven rubio enrojeció aún más: “Yo también soy poeta me llamo Luis Cernuda”, dijo...» Y también de Manuel Altolaguirre, nos dejó dicho: «Los intelectuales andaban atareados con el congreso y “las ponencias”. Yo, con el miedo, Manolo Altolaguirre, con los ojos canela clara y la sonrisa infantil, me aseguró: “Elenita, no te preocupes, yo también tengo muchísimo miedo. Mira, le estaba escribiendo a Conchilla, para que volviera con Palomita y justamente en el momento en el que escribía: “Conchilla puedes volver, estoy mirando la cuna de Palomita y no sucede nada”, se produjo una explosión, desapareció la cuna y el cuarto y yo me quedé agarrado a una camisa. ¡Claro que Conchilla y Palomita se quedaron en Londres...! Y Manolo miró al cielo. Se comentaba mucho el misterio del matrimonio del poeta angelical Altolaguirre con la feroz campeona de natación Concha Méndez...»

Algunos episodios de la guerra Cristera (1926-1929) quedaron plasmados en la más conocida de sus novelas Los recuerdos del porvenir (1963), premio Xavier Villaurrutia, compartido con La feria de Juan José Arreola. Una de las últimas novelas del exiliado español en México Virgilio Botella Pastor, Tal vez mañana, se había anunciado antes como “Los recuerdos del porvenir”, rótulo que fue cambiado al aparecer la novela de Elena Garro del mismo título. Elena Garro por su obra Los recuerdos del porvenir, está considerada la precursora del realismo mágico.

La escritora, coreógrafa y periodista Elena Garro Navarro nace en Puebla el 11 de diciembre de 1920 y fallece en Cuernavaca el 23 de agosto de 1998, vencida por el cáncer de pulmón, provocado por el tabaco, del que fue adicta desde muy joven. De padre español y madre mexicana, vive una infancia alegre en la Ciudad de México. A causa de la guerra Cristera, permanece cierto tiempo con su familia en Iguala. En Ciudad de México estudia coreografía y literatura en la Universidad Nacional Autónoma de México, donde conoce a Octavio Paz, con quien contrae matrimonio en 1937, poco antes de emprender su viaje a España para asistir al II Congreso de Escritores. Con Paz vivió un matrimonio turbulento al que pusieron fin en 1959. La manipulación de unas declaraciones con motivo de la masacre de Tlatelolco en las que se inculpaba a algunos intelectuales mexicanos de haber incitado a los estudiantes para más tarde no prestarles ningún tipo de ayuda, le obligaron a exiliarse primeramente en Estados Unidos y posteriormente instalarse en Francia, durante veinte años. A su regreso a México, vive humildemente en Cuernavaca, con su hija Helena y rodeada de numerosos gatos.

Su carrera como narradora se inicia con la novela Los recuerdos del porvenir (1963) y la colección de relatos La semana de colores (1964), libros en los que se muestra como precursora de la corriente narrativa enmarcada dentro del realismo mágico hispanoamericano. Posteriormente su obra adquiere un tono reivindicativo y feminista, centrándose fundamentalmente en el tema del poder: Andamos huyendo, Lola (1980), La casa junto al río (1983) y Busca mi esquela & Primer amor (1996, Premio Sor Juana Inés de la Cruz). Es autora, además, de varias obras teatrales, entre las que destacan: La mudanza (1959), La señora en su balcón (1960), Felipe Ángeles (1978). En 1992 Garro publica Memorias de España, 1937. Finalmente, recordaremos nuevamente su estancia de la gran escritora mexicana en España: “El congreso se marchó a París y nosotros volvimos a Valencia, en donde encontramos a Miguel Hernández a quien quise mucho. No olvidaré jamás como partía los melones con una navaja resortera que sacaba del bolsillo de su pantalón de pana... tampoco olvidaré las fotos de Josefina, que me mostraba con orgullo”.

Francisco Arias Solís

Paz y Libertad.

Portal de Internautas por la Paz y la Libertad y de Foro Libre.

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