viernes, 11 de junio de 2010
Pablo de Azcárate ~ Francisco Arias Solís
PABLO DE AZCÁRATE Y FLÓREZ
(1890-1971)
“Para quien tenga la más elemental experiencia de funciones
presidenciales será fácil darse cuenta de las dificultades
excepcionales que presentaba la presidencia de los “plenos” del
Instituto (de Reformas Sociales) en aquellos primeros años del
siglo, con una delegación patronal todavía imbuida de la
mentalidad egoísta, cerril e intransigente propia del capitalismo
clásico, para la cual era anatema el hecho mismo de verse
enfrentada sobre un pie de igualdad con una delegación obrera.”
Pablo de Azcárate.
LA VOZ DE UN EMBAJADOR DE LA REPÚBLICA
Pablo de Azcárate, catedrático de Derecho administrativo en la Universidad de Santiago de Compostela y en la Universidad de Granada, diputado a Cortes, funcionario desde 1922 en la Sociedad de las Naciones en Ginebra, desempeñó el cargo de embajador de la República en Londres durante los años de la guerra. En el exilio, aparte de las importantes misiones que le fueron encomendada por las Naciones Unidas, escribió interesantes estudios históricos. Hombre de espíritu abierto e intachable integridad intelectual y moral, mereció el respeto de sus propios adversarios ideológicos. Sus trabajos como historiador y articulista constituyen un valioso aporte a capítulos esenciales de la historia contemporánea.
El escritor y diplomático Pablo de Azcárate y Flórez nace en Madrid el 30 de julio de 1890 y fallece en Ginebra el 13 de diciembre 1971. Sobrino del prestigioso intelectual Gumersindo de Azcárate, uno de los principales introductores del krausismo en España y una de las figuras principales en el movimiento de reforma y progreso social de España en la primera parte del siglo XX, gran especialista en Legislación y Derecho administrativo, presidente del Partido Reformista de Melquíades Álvarez y presidente del Instituto de Reformas Sociales; y, hermano de Justino de Azcárate, diputado, ministro de la República durante la guerra y senador por designación real en la transición. Pablo de Azcárate se cría en el seno de una familia progresista leonesa y se forma en los círculos de la Institución Libre de Enseñanza. Culmina sus estudios de Derecho con el doctorado en la Universidad Central de Madrid. En 1918 es catedrático de Derecho administrativo en la Universidad de Compostela y, más tarde, pasa a la de Granada, en el mismo año, en las elecciones del 24 de febrero, obtiene el acta de diputado a Cortes por el Partido Reformista por la circunscripción de León. Por estas fechas ya ha ampliado estudios en Francia e Inglaterra. En 1922 es funcionario de la Sociedad de Naciones y presta sus servicios en el departamento de Asuntos de Protección de Minorías Étnicas, y en 1933 llega a ser secretario general adjunto de la Sociedad de Naciones. En septiembre de 1936 renuncia a dicho cargo, al ser nombrado embajador en Londres por el Gobierno republicano, desde donde hizo los esfuerzos posibles, sin lograrlo, para que Gran Bretaña abandonara la política de “No Intervención”. Al finalizar la guerra provocada por la rebelión militar del general Franco, se dedica a la ayuda de los republicanos españoles exiliados por medio del Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (SERE). Crea en Londres, con ayuda de Negrín, amigo personal y político, el Instituto Español, que duró de 1946 a 1950 y tuvo como colaboradores principales a Cernuda, Martínez Torner y Salazar Chapela. Fue colaborador de Independencia, revista quincenal de cultura española, cuyo primer número fue publicado en París, en octubre de 1946. En 1947 la Organización de las Naciones Unidas le nombra secretario adjunto de la Comisión de Palestina, posteriormente dirige el grupo de expertos de la Comisión que interviene en la partición de Palestina. Es comisario municipal interino de Jerusalén. Después, secretario de la Comisión de Tregua en Palestina y representante del conde Bernardotte ante el Gobierno egipcio y la Liga Árabe. En 1949 se le nombra secretario de la Comisión de Conciliación de la ONU para Palestina. Desde 1952 fija su residencia en Ginebra y dedica los últimos años de su vida a trabajos históricos. Es colaborador del periódico suizo Le Journal en Genève y de varias revistas españolas y extranjeras.
Pablo de Azcárate nos ha dejado unos magníficos estudios históricos, como Welington y España (1960), La guerra del 98 (1968), Gumersindo de Azcárate (1969) y otros trabajos sobre temas krausistas, como los dedicados a La cuestión universitaria (1967), a Julián Sanz del Río (1969), o su artículo “Notas sobre el origen de la Institución Libre de Enseñanza” (Boletín de la Real Academia de la Historia). Otras obras suyas son: El régimen parroquial de Inglaterra (1912), La guerra y los servicios públicos de carácter industrial (1921), La intervención administrativa del Estado en los ferrocarriles (1917), La liga de las naciones y las minorías nacionales (1944), La intervención nazi-fascista en la guerra de España (1957), Mission to Palestine 1948-1952 (1966), Protection of Minorities (1966), Misión en Palestina: nacimiento del Estado de Israel (1968) y League of Nations and National Minorities (1969). Póstumamente se publica Mi embajada en Londres durante la Guerra Civil Española (1976). Este ferviente defensor del sistema parlamentario nos dejó dicho: “El funcionamiento normal del régimen parlamentario exige como condición básica un sistema electoral que asegure, en la teoría y en la práctica, una fiel representación de la opinión pública en el Parlamento”.
Francisco Arias Solís
Ningún hombre considera que su situación es libre si no es al mismo tiempo justa, ni justa si no es libre.
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