ALEXANDER POPE
(1688-1744)
“No hay cristales de más aumento que los propios ojos
del hombre cuando miran su propia persona.”
Alexander Pope.
LA VOZ DE LA PERFECCION POÉTICA
La poesía augusta es, en Inglaterra, una rama de la literatura augusta, referida a la poesía de la primera mitad del siglo XVIII, que prácticamente coincide con la época de la publicación de la obra de Pope, poeta que nace con la revolución de 1688 y que muere cuando termina, poco más o menos, la poesía augusta. Alexander Pope es el más importante poeta inglés del siglo XVIII.
Alexander Pope nace en Londres, el 22 de mayo de 1688 y muere en su casa de campo, en Twickenham, al oeste de la capital inglesa, el 30 de mayo de 1744. Hijo de una familia católica realizó estudios privados en los que destacó extraordinariamente. Desde su juventud padeció diversos problemas de salud, entre otros, el Mal de Pott (una forma de tuberculosis osteoarticular localizada frecuentemente en la columna vertebral), que atrofió su crecimiento y deformó su cuerpo.
¡Curioso destino el de este poeta que entre los doce y los catorce años de edad escribía ya odas, obras teatrales, una traducción clásica, nada menos que un poema épico, que después destruyó, logrando ya sobresalir a los dieciséis con unas Pastorales; y con tanta procacidad, ingenio y cultura, con toda una vida dedicada a la producción escogida, se ve siempre negado el nombre de gran poeta a que constantemente aspiró, y que su magistral influjo en la época parece debía obligar a concederle sin discusión! Es que era un hábil y correctísimo artífice del verso, pero deja frío. Además, era un poeta aristocrático y católico en un país protestante; rico desde joven, como hijo único de un gran comerciante de la City londinense, lo que le eximía de adular al público; débil y aun deforme en el cuerpo y con grandes defectos morales que le mantuvieron rodeado de enemigos; escritor, y nada más que escritor, durante toda su vida; sin títulos llamativos, pero con abundante cultura adquirida por enseñanza privada; con gran vanidad y el deseo de ejercer una especie de reinado literario, que, efectivamente, ejerció. El fue quien acabó de refinar y perfeccionar la poesía inglesa, imprimiéndole la corrección constante como norma principal. Continuó la obra de Dryden, y dejó tras sí toda una cohorte de poetas correctos. En verdad que la corrección no es un fin, pero sí un deber de todo artista concienzudo y recto. Es como una especie de natural honradez y elegancia espiritual.
Precisamente Byron fue, aunque a muchos les parecerá extraño, el más ferviente admirador de Pope, a quien proclama “el más perfecto de todos los poetas y quizá de todos los hombres”, y dice que para él es “como el cristianismo de la poesía inglesa”.
Entre sus principales obras figuran el poema didáctico Essay on Critiscim, (Ensayo sobre la crítica), aparecido en 1711, extraño título que parecería más apropiado en una obra de estudio en prosa, donde codifica las reglas del clasicismo inglés. Recoge con sumo arte teorías ya conocidas, las remoza por completo y las fija en impecables pareados que parecen medallas de perfecto cuño. Siguen por orden cronológico El bosque de Vindsor (1712), pastoral; y en fin, en 1712, otro poema, que se hizo famosísimo The Rape of the Lock, lo que ya se ha hecho costumbre traducir por El rizo robado. Se le califica de “uno de los más brillantes que se han escrito en lengua inglesa”. El asunto es insignificante: cierto lord ha ofendido a una señorita al cortarle un rizo de su cabellera, y esto da lugar a hondas disensiones entre las familias de uno y otra. Pope hace de todo ello una epopeya burlesca, delicada y de expresión ingeniosa. Quizá pueda decirse que lo mejor de Pope está en este poema. El que tituló La dunciada (1728), es la obra culminante de carácter satírico; en ella atacó a sus enemigos literarios. Destacan también Ensayos morales (1733-1735) y Ensayos sobre el hombre (1733-1734), que son poemas filosóficos, a pesar de lo cual poseen cierta fuerza poética. Es preciso citar la traducción de la Iliada (1715-1720) de la que se ha dicho que era un bello poema, aunque no se podía afirmar que fuera la versión de Homero, sin embargo, su excelente acogida le llevó a traducir la Odisea (1725-1726), estas traducciones le permitieron vivir desahogadamente en Twickenkam, “sin deudas a príncipe alguno u hombre par que viva”, como nos dejó dicho. Algunas de sus epístolas y sátiras, de sumo arte, como la Epístola a Arbuthnot (1735) y la de Eloísa a Abelardo, resultan algo inferior, aunque muestren sus grandes cualidades bajo distintos aspectos. Y como dijo el perfecto poeta inglés: “Errar es humano, perdonar es divino”.
Francisco Arias Solise-mail: aarias@arrakis.esURL: http://www.arrakis.es/~aarias
Si quieres la paz, prepárate a vivir en paz con todos los hombres.
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Gracias.
viernes, 4 de julio de 2008
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