JOHN BUNYAN
(1628-1688)
“Si no tenemos paz en la mente,
la comodidad exterior no hará más por nosotros
que una zapatilla de oro en un pié con gota.”
John Bunyan.
LA VOZ DEL PREDICADOR PURITANO
Entre los prosistas ingleses de la segunda mitad del siglo XVII existe uno cuya popularidad oscurece no ya la de Dryden, sino la del mismo Milton: John Bunyan. Creo que han de ser muy pocos los ingleses que no lo hayan leído. John Bunyan es único en la literatura inglesa. Si a alguien recuerda es a los místicos españoles, pero más bien se presenta solo, aislado, con toda la imaginación de un poeta o de un novelista y el fervor y entusiasmo de un neófito que se convierte en predicador voluntario de un riguroso puritanismo.
John Bunyan nació en Elstow, cerca de Bedford, el 28 de noviembre de 1628 y falleció en Londres el 31 de agosto de 1688. De muy humilde origen (era un calderero sin educación literaria alguna), fue “en su vida de pecador”, como él diría, soldado del ejército republicano del Parlamento, cuya depravación ha pintado él mismo con los más negros colores en su especie de autobiografía titulada Grace Abounding. En 1649 contrajo matrimonio con una mujer piadosa. En 659 se trasladó a Bedford donde se casa nuevamente. Tras una grave crisis moral ingresó en una congregación baptista. Predicador elocuente, tras la restauración de Carlos II fue acusado de predicar sin permiso y encarcelado durante un buen número de años, de 1660 a 1672.
Durante su encierro escribió varios libros religiosos con fines divulgativos, tales como: Conducta cristiana (1663), La resurrección de la muerte (1665) y Abundante gracia para el mayor de los pecadores (1666). Escribió más de sesenta obras, actividad que simultaneó con la predicación una vez liberado de la prisión por la Declaración de Indulgencia de 1672.
De 1678 data la primera parte de la que se considera su obra cumbre El peregrino (segunda parte, 1684), alegoría religiosa basada en la narración de un viaje que se ha convertido en uno de los libros clásicos de la literatura inglesa y que en su época fue una de las lecturas imprescindibles, junto con Robinson Crusoe y la Biblia.
Bunyan debe toda su reputación a la obra El peregrino (The Pilgrim’s Progress) que describe en forma alegórica, sencilla, al alcance de todos, las etapas de la marcha del cristiano hacia la fe y la virtud. El libro, de marcado sabor bíblico, pero de carácter muy llano, tiene algo de poesía y mucho de novela, aparte de su sello de propaganda religiosa. Es de una sinceridad ingenua que raya en pueril, pero precisamente por ello ha llegado más fácilmente al pueblo. Y como dijo el escritor inglés: “Si hoy saliese de la prisión, mañana comenzaría a predicar, con la ayuda de Dios”.
Francisco Arias Solise-mail: aarias@arrakis.esURL: http://www.arrakis.es/~aarias
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Gracias.
domingo, 20 de julio de 2008
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