PLATON
(427-347 a.C.)
“La filosofía es la ciencia de los hombres libres.”
Platón.
LA VOZ DEL ALTÍSIMO FILOSOFO GRIEGO
Se ha dicho alguna vez que, en la filosofía occidental, lo que no es Platón es Aristóteles. Quizá se trate de una exageración, pero lo cierto es que estas dos gigantescas figuras han dejado sus profunda huella en todo el pensamiento universal, en mucha mayor medida que cualquier otro pensador.
Diálogos tituló Platón la mayoría de sus obras, porque en esta forma las escribió. Sobre unos cuarenta y dos poseemos, y en ellos los hay metafísicos o dialécticos, morales y políticos, estéticos. Poseemos además una colección de cartas, una de definiciones y de epigramas, etc.; pero la crítica ha dudado muchas veces acerca de su autenticidad de todo lo que se ha atribuido a Platón, y época hubo en que los mismos Diálogos fueron quedando reducido a muy pocos. Los hay que parecen compuestos descuidadamente, aunque no falte quien los halle todos perfectos, y los hay, en cambio, que son verdaderas obras de arte, como Protágoras, El Banquete, Fedón, famosos siempre por los críticos, Fedro, La República, Lisias y otros, suelen añadirse también. La influencia ejercida por Platón ha sido grandísima, aun, a pesar de su paganismo, sobre la filosofía cristiana, gracias a la orientación ultraterrenal que dio a la suya propia. Dice Guillermo Nestle, en su Historia de la Literatura griega, que La República de Platón “pudo servir de modelo a San Agustín para su Ciudad de Dios”
Nació Platón en Atenas, según la fecha más probable, en el año 427 a.C., de familia aristocrática. Discípulo de Sócrates durante ocho años, al ser condenado a muerte su maestro (399) se retiró a Megara. Luego, según se dice, viajó por Cirenaica, Egipto e Italia meridional. En el año 390 viajó a Sicilia con la esperanza de poner en práctica sus ideales políticos, pero el tirano Dionisio acabó haciéndole prisionero. Fueron también desafortunados dos viajes siguientes a Sicilia, en 368 y en 361. En Atenas fundó una escuela de filosofía, la denominada Academia, así llamada por tener su sede en el jardín de Academo. Allí realiza hasta su muerte, una fecunda labor intelectual, en la que participó activamente su discípulo Aristóteles. Murió octogenario, en Atenas, en el año 347 a.C.
Platón cultivó en su juventud la poesía, pero el haber conocido a Sócrates y estudiar desde los veinte años de edad bajo su dirección, hizo de él, un altísimo filósofo, en que asoma con frecuencia el poeta que llevaba en el fondo de su naturaleza, como también el ironista, a ratos, y otras veces, el escritor grave, majestuoso. Su más importante aportación a la filosofía es la teoría de las ideas de las que procede todo. Opone al mundo de los fenómenos, pasajeras sombras de una realidad superior, el mundo de la ideas, eternos e inmutables arquetipos que solo por la razón pueden aprehenderse.
La unidad de las ideas se cifra en la idea del Bien, razón y causa de todas las cosas que representa en el mundo inteligible lo que el Sol en el mundo sensible. Explica la formación del Universo como obra de una inteligencia infinita y afirma no solo la inmortalidad del alma, sino su existencia con anterioridad al nacimiento, y señala premios y castigos en la otra vida, viniendo a coincidir con Sócrates en la doctrina moral.
Propugna en política la supremacía de la sociedad sobre el individuo en un sistema de castas presidido por la clase superior de los filósofos. Hay, en fin, en su doctrina huellas de la filosofía pitagórica y de los misterios órficos, junto con el magisterio de Sócrates. Su pensamiento dominó en la cristiandad hasta el siglo XII, en que se produjo un cambio brusco de las ideas debido a Alberto Magno y a Tomás de Aquino. La influencia de Platón sufrió entonces un eclipse, sucediéndole la hegemonía de su discípulo Aristóteles, pero su influencia renació en el siglo XVI; los sistemas de Descartes, Spinoza y Leibniz son de inspiración en gran parte platónica. El platonismo constituye el alma de los trascendentalismo germánicos de Hegel y Schelling y, más aún, de Fichte. La influencia de Platón, tanto en la historia de las ideas como de las formas, ha sido tan enorme que es, indiscutiblemente, uno de los pilares donde descansa la cultura occidental. Y como dijo este altísimo filósofo griego: “La libertad está en ser dueños de la propia vida”.
Francisco Arias Solis
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Se ama la libertad como se ama y se necesita el aire, el pan y el amor.
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Gracias.
viernes, 22 de agosto de 2008
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