viernes, 8 de agosto de 2008

Robert Browning por Francisco Arias Solis

ROBERT BROWNING
(1812-1889)

“Ama un solo día y el mundo habrá cambiado.”

Robert Browning.


LA VOZ DEL MONÓLOGO DRAMÁTICO

De formación autodidacta, Robert Browning fue exponente de la poesía victoriana en una primera etapa, para luego adoptar modos de expresión mucho más originales. Actualmente está considerado uno de los mejores poetas ingleses del XIX. Poeta atormentado a pesar de una vida dichosa, no es un pesimista vulgar; para él toda la vida humana conoce una hora en que puede abrirse al infinito. Después de algunos intentos en la literatura teatral, logró una fórmula poética personalísima: el monólogo dramático, alarde del refinamiento verbal, vasta cultura y penetración psicológica, que le permite un juego de puntos de vista similar al utilizado por la novela del siglo XX.

Browning escribió mucho: no pocos tomos de versos y varios dramas. Es preciso escoger entre su producción, leyendo con cuidado y a pequeños sorbos, porque Browning es, con frecuencia, poeta de gran concentración de pensamiento, con tendencia a lucir la abundancia de sus recónditas lecturas. Por esto se comprende que le fuera difícil durante la mayor parte de su vida, dejar bien sentada su reputación de gran poeta, hasta el punto que en su época la fama poética de su mujer, Elizabeth Barret-Browning, fue superior a la suya propia. Sus dramas o sus poemas son minuciosos análisis de almas, expresados preferentemente en largos poemas. Esas almas son complicadas, refinadas, perversas a veces; el autor escoge preferentemente sus temas en el Renacimiento italiano. Se le puede comparar a Hugo o Leconte de Lisle por el panorama histórico que ofrece su obra y porque se afana en descubrir qué instintos y qué móviles han guiado al hombre en los diversos periodos de su historia. Tennyson, poeta contemporáneo de Browning, fue su rival afortunado, que le relegó a segundo lugar; mas hoy es Browning quien triunfa y pasa a ser considerado como el mejor de los dos, como el poeta de los lectores de gusto refinado y moderno.

Robert Browning nació en Camberwell, Londres, el 7 de mayo de 1812 y falleció en Venecia el 12 de diciembre de 1889. A la edad de catorce años hablaba francés, griego, italiano y latín. A los dieciséis ingresó en la University College de Londres, que abandonó un año más tarde. Se casó con la también poeta Elizabeth Barret-Browning en 1846 y fueron a vivir a Florencia, donde vivieron hasta la muerte de ella en 1861. Durante los últimos años de su vida, Browning vivió en Asolo, Italia, junto a su único hijo, y falleció en Venecia, siendo enterrado en la Abadía de Westminster .

Figuran entre sus obras más notables: Paracelsus (1835), Sordello (1840), Pippa (1841), Campanas y granadas (1847), recopilación de obras anteriores, La Nochebuena y el día de Pascua (1850), meditación metafísica, Hombres y mujeres (1855), Dramatis personae (1864) y El anillo y el libro (1869), considerada su obra más representativa, en la que reconstruye un proceso por homicidio en la Italia del Renacimiento. Y como dijo el poeta inglés: “La culpa la tiene sólo el tiempo. Todos los hombres se tornan buenos, pero ¡tan despacio!”

Francisco Arias Solise-mail: aarias@arrakis.esURL: http://www.arrakis.es/~aarias


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