martes, 26 de junio de 2007

GOETHE POR FRANCISCO ARIAS SOLIS

GOETHE
(1749-1832)

“¡Hay que mostrar valor,
que sólo a los que aman
a lo alto guía el amor!”
Goethe. .

LA VOZ DEL ETERNO ENAMORADO

De personalidad múltiple y controvertida, Goethe, ha sido extremadamente admirado pero también criticado. Fue el más grande de los poetas de su patria y uno de los más grandes de todos los tiempos y de todos los países. Figura máxima del romanticismo europeo evolucionó hacia un clasicismo puro. Principal promotor del movimiento literario alemán conocido como “Sturm und Drang” (tempestad y empuje), precursor del romanticismo alemán, su drama Götz de Berlichngen (1771), con evidente huella shakesperiana, cantó al héroe defensor de los oprimidos y fue considerado un manifiesto del romanticismo alemán. Fiel a su famosa frase: “Un hombre de noble corazón irá muy lejos, guiado por la palabra gentil de una mujer”, su vida amorosa fue intensa y sus experiencias con las amadas quedan reflejadas en su obra. Su vida y su obra están estrechamente unidas, de tal forma que todos sus escritos nacen y responden a su aventura vital. Goethe amó mucho. Pero su razón acabó sometiendo a su corazón.

Goethe además de un magnífico poeta, dramaturgo, novelista, crítico literario y filósofo, fue asimismo, jurista, músico, pintor, botánico, zoólogo, físico y químico, incluso estudió ocultismo, astrología y alquimia y llegó a dedicarse a la política, como preceptor del príncipe heredero Carlos Augusto.

El 28 de agosto de 1749 nació en la ciudad de Francfort del Main Johann Wolfgang von Goethe. Fue un niño prodigio. A los ocho años de edad, en 1757, escribe su primera poesía de Navidad; dos años más tarde, realiza sus primeros intentos dramáticos; en 1762, a los trece años, empieza una novela epistolar en seis lenguas. Su primer amor se lo inspiró la joven Gretchen, cuyo nombre debía inmortalizar en Fausto, su obra maestra. En Leipzig., donde estudió Derecho, tuvo un nuevo amor, la señora Von Böhme, esposa de un catedrático suyo. Ella le introdujo en la alta sociedad. Poco después tuvo un nuevo amor: Ana Catalina Schoenkopf, hija de su patrona, a la que dedicó su primera comedia, La locura del galán. Enfermo de pecho, a causa de un accidente de carruaje, se puso en manos de un médico alquimista que le inculcó la naturalidad, la serenidad, la claridad de las ideas, el amor por las letras.

Para continuar sus estudios, en 1770 vivió en Estrasburgo, por entonces, sintió la pasión más profunda de su juventud: el amor de Federica Brion, hija de un pastor protestante. En 1772, estando en Wetzler, una nueva pasión: Carlota Buff, novia de un amigo suyo. Y más romanticismo. Algún amigo suyo se suicida. Goethe emocionado, publica su Wherter (1774), que causa sensación en el mundo. Corresponde también a este periodo el drama Clavijo, sobre el escritor español Clavijo y Fajardo, y la tragedia Stella, y otras obras teatrales como Mahoma, Julio César, El judío errante y Prometeo.

Ya famoso, en 1775 llegó Goethe a Weimar. Fue de importancia capital para su porvenir y el de las letras alemanas su amistad con Carlos Augusto, duque de Weimar, que le hizo noble, consejero privado y presidente de la Cámara. Y otra gran pasión: la de Carlota von Stein, dama de la corte, esposa del caballerizo mayor que tenía siete hijos.

En 1786, Goethe emprendió el anhelado viaje a Italia: Verona, Venecia, Bolonia, Roma, Nápoles. Estudió mucho. Admiró mucho. Asimiló mucho. La señora de Stein no le perdonó aquella larga ausencia ni sus amoríos con la joven y bella Cristina Vulpius, que en seguida empezó a darle hijos. Durante su viaje por Italia nacen: Viaje a Italia, Elegías romanas y Epigramas venecianos.

Acompañó al duque a la campaña de los prusianos contra Francia, ocasión histórica de la que captó con lucidez toda su trascendencia. Comenzó en 1794 su gran amistad con Schiller, continuada hasta la muerte de este en 1805, de amplia y benéfica repercusión para las dos figuras, con fruto evidente en los Xenien, epigramas escritos en colaboración, y en la interesante correspondencia mantenida por ambos. Puede hablarse de una etapa clásica en Weimar a la que pertenecen los dramas Ifigenia en Táuride, Egmont y Torcuato Tasso, y el poema idílico Hermaan y Dorotea.

En 1808, en Weimar, conquistada por las tropas francesas, se encontraron y conversaron Goethe y Napoleón. Y se comprendieron y quedaron amigos. En 1810 terminó la impresión de la Teoría de los colores, obra que se reputaba como una de las mejores de las suyas.

Una vez más, Goethe, a la senectud, cayó bajo la soberanía de una mujer. Era esta Mariana von Villmer, recién casada con un banquero de Francfort, amigo del poeta. La correspondencia entre Goethe y Mariana, duró hasta casi el día de la muerte del eterno enamorado. Goethe descubre el teatro de Calderón de la Barca, para él el número uno en técnica teatral, en presentación plástica, el único que hace un teatro total: el teatro del mundo.

Terminadas, en 1831, dos de sus obras fundamentales Poesía y Verdad y la cuarta y última parte de Fausto, Goethe exclama con la máxima sinceridad: “¡El resto de mi vida puedo ya considerarlo como un puro regalo!”. En la mañana del 22 de marzo de 1832, apoyó su cabeza en el sillón y se durmió definitivamente, sin que una mueca ensombreciera su expresión augusta. Antes de dormirse se le ocurrió murmurar: “¡Luz! ¡Más luz!”. Ante sus restos mortales desfilaron más de doscientas mil personas, con un sincero sentimiento en el que se traducía el convencimiento de que acababa de perder Alemania uno de sus genios culminantes, el más luminoso hasta entonces.

No cabe una crítica, ni siquiera un nuevo elogio, de la obra de Goethe, el más grande de los poetas alemanes. Con Homero, Virgilio, Dante, Shakespeare y Cervantes forma el grado más alto de la literatura universal. Su talento era avasallador. Su sentimiento era voraz.

“El Fausto de Goethe es, sin duda –decía Ortega y Gasset-, una de las cimas más altas de la cordillera poética...” Y Menéndez Pelayo exclamó con entusiasmo: “No hay sentimiento de alguna importancia que no tenga en sus libros el punto de partida”.


Francisco Arias Solise-mail: aarias@arrakis.esURL: http://www.arrakis.es/~aarias
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Por esa libertad bella como la vida. Aviso: Se ruega a los internautas que pongan en sus páginas el logotipo o banner de Internautas por la Paz y la Libertad que figura en la URL:http://www.arrakis.es/~aarias/internau.htm

Gracias.

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