domingo, 14 de junio de 2009

Alfonso Reyes por Francisco Arias Solis

ALFONSO REYES
(1889-1959)

“Amapolita morada,
del valle donde nací:
si no estás enamorada
enamórate de mí.”
Alfonso Reyes.

LA VOZ DEL MEXICANO UNIVERSAL

Alfonso Reyes, uno de los grandes humanistas que ha tenido la cultura hispánica, es el “mexicano universal” por excelencia, el hombre de letras más completo que México ha dado al mundo. Su ingente obra de polígrafo estuvo siempre abierta a todos los canales de comunicación con otras culturas y abarca casi todos los géneros: poesía, narrativa, ensayo, crítica literaria y filológica, crónica... Está considerado uno de los mejores críticos de la lengua española.

Alfonso Reyes Ochoa nace en Monterrey, Nuevo León, el 17 de mayo de 1889. Estudia en México en la Escuela Nacional de Preparatoria y en la Escuela de Jurisprudencia, en donde recibe el título de licenciado en Derecho en 1913. Fue también doctor en Letras.

Cuestiones estéticas, libro editado en París en 1911, es su primera irradiación en el mundo internacional de las letras. Ese año se casa con Manuela Mota, su compañera ideal.

Durante muchos años, estuvo en el Servicio Exterior, primero en la embajada de México en París y después en Madrid. En España pasó diez años desde 1914 a 1924. Ortega y Gasset al fundar el diario El Sol, nombra a Reyes colaborador del mismo. Con el grupo de Ramón Menéndez Pidal realiza estudios filológicos –literarios de primera importancia. Es gran amigo de Juan Ramón Jiménez, Azorín, Valle-Inclán y Gómez de la Serna. La presencia en España se traduce luminosamente en sus ensayos costumbristas e impresionistas, los Cartones de Madrid, Horas de Burgos y en otras piezas que componen Las vísperas de España.

Después de permanecer, nuevamente, tres años en Francia, Reyes es nombrado embajador mexicano en la Argentina y posteriormente en Brasil. En el libro Quince presencias, recoge deliciosas evocaciones costumbristas de paisajes y personajes brasileños. Su “correo literario” o revista personal Monterrey, redactado desde Sudamérica, refleja su preocupación por todas las culturas.

Terminada su carrera diplomática regresa la ciudad de México en 1939, para radicarse allí definitivamente. Se hace construir una casa en forma de “biblioteca con anexos”, bautizada “La capilla Alfonsina”, por su entrañable amigo español en el exilio Enrique Díez-Canedo. Fundó y regentó la cátedra de historia de la lengua y literatura españolas en la universidad de la Ciudad de México y creó el que se llamaría Colegio de México, ocupando en él la cátedra de historia de la cultura. En 1957 fue elegido presidente de la Academia Mexicana de la Lengua.

Son años de consolidación de su obra literaria: El deslinde, Al yunque, Ultima Tule, No hay tal lugar..., Junta de sombras, La filosofía helenística, La X en la frente, A campo traviesa, Trayectoria de Goethe....

Preocupación constante para Reyes es el sentido y sitio de América dentro de la cultura universal. Toda su obra está matizada de erudición, toda es sensibilidad y humanismo; poesía en la más breve frase de Góngora, Lope de Vega, Quevedo, Mallarmé, Goethe...

En México, por mayo de 1959 le viene la llamada definitiva: “-Soy la muerte- me dijo. No sabía / que tan estrechamente me cercara, / (...) Ya no intento eludir su compañía: / mis pasos sigue, transparente y clara, / y desde entonces no me desampara / ni me deja de noche ni de día “. El mexicano universal nos deja el 27 de diciembre de ese año.


Francisco Arias Solís

Paz, queramos paz.

XIII Festival Poético por la Paz y la Libertad en memoria de Mario Benedetti.
URL: http://www.internautasporlapaz.org

No hay comentarios: