jueves, 18 de junio de 2009

José Nogales por Francisco Arias Solis

JOSE NOGALES
(1860-1908)

“¡Valiente soldado del Arte,
adiós, que luego nos veremos!...
También nosotros pronto iremos
con nuestra música a otra parte.”
Manuel Machado. A José Nogales.

LA VOZ DEL PERIODISMO MODERNO

José Nogales tenía sentido periodístico. Para un escritor tener sentido periodístico, en estricto sentido, es tener sentido del tiempo; del tiempo que vive y del tiempo en que vive (esto es, del tiempo suyo y del tiempo de los demás; del tiempo de todos y de su tiempo propio).

José Nogales Nogales nace en Valverde del Camino, provincia de Huelva, el 21 de octubre de 1860. Sin embargo, él se consideraba natural de Aracena. Su padre era notario. En Aracena estudia las primeras letras y marcha a Sevilla a estudiar Bachillerato. Allí comienza la carrera de Leyes. Nogales compaginaría sus estudios con el trabajo en los semanarios El Látigo y El Pensamiento Moderno. Antes de terminar la carrera, Nogales se marcha con unos amigos a Marruecos, en un navío contrabandista. “Fui a Marruecos a pasar unas semanas –nos cuenta Nogales- y pasé algunos años”.

En unión de un industrial inglés, Trinidad G. Absines, Nogales funda, dirige y realiza, prácticamente en solitario, casi dos años, el que fue el primer periódico de Marruecos, Al-mogreb Alaksa (El Lejano Occidente). Este periódico semanal siguió viviendo hasta bien entrado el siglo XX, en que se transformó en el Tangier Gazette.

Nogales inicia en el periódico marroquí una campaña contra la venta de esclavos que se practicaba en las plazas públicas. Es tanta la insistencia del periodista onubense, que los representantes europeos formularon ante su majestad xerifiana, una enérgica protesta por estos espectáculos de lesa humanidad, consiguiendo que la esclavitud fuese abolida. El Gobierno portugués condecoró a Nogales por esta campaña de humanidad y justicia.

En 1844 Nogales vuelve a España. Termina la carrera de Leyes y se establece en Huelva donde ejerce como abogado.

Desde el diario la Coalición Republicana emprende una campaña contra los métodos de explotación de la Compañía de Río Tinto, cuyo procedimiento de calcinación de las piritas producía unos humos que asolaban, poco a poco, todos los terrenos agrícolas sobre los que se posaban. Nogales consigue que la Compañía modifique sus sistemas y que abone las indemnizaciones a los perjudicados.

En los años finales de siglo José Nogales es secretario del Ayuntamiento de Niebla, bibliotecario de la Diputación Provincial de Huelva, se casa, y se dedica reposadamente a escribir. Aparecen sus primeros libros Mosaico, Leyendas y tradiciones de la Sierra y Nuevas cartas del Caballero de la Tenaza.

Las calidades literarias de Nogales se muestran en toda su belleza en los cuentos, artículos y relatos cortos. Las tres cosas del tío Juan es su cuento más conocido, escrito en el pueblo onubense de San Juan del Puerto. Funda y dirige la edición sevillana de El Liberal. De allí pasa a la redacción del de Madrid, donde ya vivió prácticamente sin interrupción. Publica dos novelas de costumbres andaluzas: Mariquita León y El último patriota. El libro Notas sevillanas es un compendio de sus artículos periodísticos sobre la Sevilla de principios del siglo XX.

El escritor describe en Mariquita León un pueblo corrompido por la tiranía y falta de honradez de tres caciques que intentan aniquilar el poder de la protagonista, rica terrateniente llegada a la cumbre de la jerarquía aldeana por medios honrados. Nogales alude a la corrupción del sistema electoral. Los caciques presionan a los aldeanos para que voten a favor del candidato que les designan.

En escritos de su madurez encontramos estas pinceladas sobre la dramática situación de los jornaleros en Andalucía. “El pueblo, la masa trabajadora –escribe Nogales- va despertando en fuerza de latigazos y merced a extrañas direcciones. El concepto de la propiedad es allí absolutamente feudal. Los hombres son para la tierra, no la tierra para los hombres. Y esta antigua concepción del derecho, que aún nos dan en las Universidades, donde se estudia más derecho romano que derecho español, hace que el jornalero se le considere como un apero de labranza a la entera disposición del señor de la tierra, no como un colaborador de imprescindible necesidad. El jornal supone la cantidad mínima suficiente para la sustentación del jornalero. La diferencia, entre el antiguo esclavo y el moderno jornalero consiste en que para el esclavo se señalaba la cantidad máxima de alimentación, toda ella en especie: al jornalero la mínima, y se le suele suministrar en especie y dinero”.

A los 47 años, Nogales pierde la vista, por una doble catarata, poco después el 7 de diciembre de 1908, muere José Nogales en su casa de Santa Engracia en Madrid. Manuel Machado nos dejó estos versos: “En la hora mala / de tu partida, compañero, / nos peguntamos unos a otros / cuando nos tocará a nosotros...”

Francisco Arias Solís

La peor paz es mejor que la mejor guerra.


XIII Festival Poético por la Paz y la Libertad en memoria de Mario Benedetti.
URL: http://www.internautasporlapaz.org

No hay comentarios: