CONDE DE VILLAMEDIANA
(1582-1622)
“El que fuere dichoso será amado,
y yo que en amar no quiero ser dichoso,
teniendo mi desvelo generoso
a dicha ser por vos tan desdichado.”
Conde de Villamediana.
LA VOZ DE UN ENAMORADO DE LA REINA
Gran amigo, protector y discípulo de Góngora a quien envió su Fábula de Faetón que el poeta cordobés parece corrigió. Este poema, de una importancia singular en nuestra literatura, ha sido menospreciado durante más de trescientos años de historia literaria y ya el duque de Rivas en sus Romances históricos decía: “Acaba de publicarse / su poema de Faetone, / en aquel tiempo un prodigio, / que hoy tiene apenas lectores; / obra de perverso gusto / y de hinchados clausulones”.
El conde de Villamediana, llamábase Juan de Tassis y Peralta. Nació en Lisboa, donde sus padres acompañaban a la Corte, en 1582. Fue un caballero famosísimo por su lujo, sus galanteos, su afición al juego y a los caballos y sus punzantes epigramas, con los que zahirió a incontables personajes de la Corte. Sufrió frecuentes destierros de Madrid por aguzadas sátiras y por los frecuentes escándalos que protagonizó y tuvo que huir a Italia, donde prosiguió su vida fastuosa y aventurera. Poseedor de una lengua y una pluma bastante acertada criticó la corrupción del gobierno de Felipe III y el fanatismo de la Inquisición.
Con la llegada al trono de Felipe IV se convirtió en su favorito. Su real enamoramiento de la reina Isabel de Borbón, esposa de Felipe IV, le ha convertido en un personaje legendario, tema de abundantes estudios y protagonista de relatos novelescos y obras teatrales. Es muy conocida la anécdota del incendio del teatro de Aranjuez, durante el estreno de su propia obra, La gloria de Niquea, en que Villamediana salvó a la reina llevándosela en brazos, y de la audaz exhibición de sus pretensiones –con un traje cubierto de monedas (reales de plata) y la divisa “son mis amores reales “- en las justas de la Plaza Mayor de Madrid.
El incendio del teatro de Aranjuez ocurrió el 8 de abril de 1622 y la noche del 21 de agosto de ese mismo año el conde era asesinado por un desconocido en la calle Mayor de Madrid, a la puerta de su casa, cuando regresaba de palacio en compañía de don Luis de Haro. Las investigaciones de Luis Rosales parecen probar, que el asesinato de Villamediana no se debió a una venganza entre homosexuales, como se dijo, sino a motivos de política palaciega y el impulso soberano no fue ajeno a su muerte.
Villamediana fue uno de los más grandes poetas líricos del Siglo de Oro, de fondo renacentista y estilo culterano y conceptista, estilos de los que realizó una admirable síntesis, asimilando espléndidamente la influencia de Petrarca y la de su amigo Góngora que prologó su pieza La gloria de Niquea. Escribió Villamediana varios poemas extensos: Fábula de Faetón, Fábula de Apolo y Dafne, Fábula de Venus y Adonis, en los que es patente la huella gongorina. Pero el mejor Villamediana hay que buscarlo en sus sonetos –sus Obras publicadas en Zaragoza en 1629 contienen unos doscientos-, en los que emula frecuentemente al propio Góngora y excede al resto de sus discípulos. En estas composiciones, aunque las líneas de su arquitectura recuerdan las del maestro, hay un acento muy personal, una íntima y delicada emoción de honda poesía, que trae a la memoria la trémula voz de Garcilaso. En los temas amorosos, especialmente, los versos de Villamediana adquieren una sencilla transparencia: “No he de menester ventura por amaros; / amo de vos lo que de vos entiendo, / no lo que espero, porque nada espero”.
Francisco Arias Solís
Siempre podemos hacer algo por la paz y la libertad.
XIII Festival Poético por la Paz y la Libertad en homenaje a Benedetti.
URL: http://www.internautasporlapaz.org
Nos gustaría contar con la partición de numerosos poetas.
Gracias.
viernes, 6 de noviembre de 2009
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