ADOLFO SALAZAR
(1890-1958)
“Pero que los Estados ultracultos hagan piras de libros por
conveniencia políticas, que decreten la “esterilización” de los
pintores demasiados “modernos” (¿qué habría sido del Greco y
del Goya negro en nuestros días?) y que sus poderosos aviones
incendien y destruyan las bibliotecas y los museos de las
naciones sobre la cuales ejercen su presa, sí es una novedad que
registra la Historia contemporánea.”
Adolfo Salazar. Hora de España.
LA VOZ DEL MUSICÓLOGO DEL 27
Adolfo Salazar es, sin duda, uno de los críticos musicales más finos y cultos que España ha tenido. Fue durante muchos años redactor de El Sol, en Madrid, y uno de los colaboradores de Bergamín en Cruz y Raya; publicó ensayos y libros que han resistido bien la prueba del tiempo. También colaboró en la célebre revista cultural Hora de España.
La historia de la música tuvo en Adolfo Salazar -al que Carlos Martínez sitúa entre Falla y Casals- el mejor y más valioso cultivador. Musicólogo, escritor, crítico musical y compositor de prestigio internacional, Salazar, fue un dinamizador de la vida musical de la generación del 27 y de los compositores del “Grupo de Madrid” o “Grupo de los Ocho”. “Como Lorca (pocos como él hubieran podido trazar una figura real de Federico García Lorca, de quien fue amigo antiguo e íntimo) -nos contaba Luis Cernuda-, Salazar, se sintió siempre atraído por la juventud y nunca perdió la suya, de espíritu, que subsistió siempre en él, a través de los años, como un hálito”. Y Federico en carta dirigida a Adolfo Salazar le cuenta: “Anoche le dimos mi hermano y yo una serenata a Falla. ¡Qué cosa más divertida!... dimos una deliciosa sorpresa a Manolo y María del Carmen. Les dio tanta risa que no se podían levantar para abrirnos,... pero ahora viene lo gracioso. Falla dijo que aquella instrumentación era genial y que ni el gran don Igor (Strawinsky) la soñaba siquiera, y, dando grandes voces, metió a los desarrapados músicos en su habitación, y les hizo repetir cuatro veces el divertido estrépito, ¡acompañándolos al piano! Te digo que yo gocé lo grande”.
Adolfo Salazar nació en Madrid el 6 de marzo de 1890 y falleció en México el 28 de septiembre de 1958. Estudió en el conservatorio de Madrid. Fue alumno de Bartolomé Pérez Casas Lorca, Manuel de Falla y Maurice Ravel. En 1915 fue fundador de la Sociedad Nacional de Música para la promoción de la música de cámara en nuestro país. Trabajó en diversas instituciones alemanas en los primeros años de la segunda década del pasado siglo. En 1922 asiste al famoso concurso de Cante Jondo celebrado Granada. en la plaza de los Aljibes de la Alhambra. En 1925 fue uno de los firmantes del manifiesto de la Sociedad de Artistas Ibéricos que se constituyó en Madrid. El 30 de enero de 1930, el mismo día en que caía la Dictadura de Primo Rivera, aparecía dirigida por Antonio Espina, José Díaz Fernández y Adolfo Salazar, la revista Nueva España. La revista tenía la intencionalidad de cubrir “todo el ala ideológica de las izquierdas” y de mantener una línea de periodismo polémico. Más tarde se incorporó a la dirección Joaquín Arderius. En 1937 ejerció de agregado cultural del Gobierno republicano en Washington. En 1939 se exilió en México donde permaneció hasta su muerte. Fue profesor del Conservatorio Nacional de México. Perteneció a la Casa de España en México, creada por el presidente de la República, general Lázaro Cárdenas. Ocupó el cargo de secretario de la sección de Música, Teatro y Cine en la primera Junta Directiva del Ateneo Español de México. Fue colaborador de las prestigiosas revistas del exilio español, Las Españas, Cuadernos del Congreso por la Libertad de la Cultura, Romance, Cabalgata, Realidad / Revistas de Ideas, etc.
Su obra fue extensa, tanto en cantidad como en calidad. Como músico compuso Arabia, Preludios, Rubayat y Don Juan en los infiernos. Entre sus libros destacamos: Música y músicos de hoy (1928), La música contemporánea en España (1930), El siglo romántico (1935), Música y sociedad en el siglo XX (1939), Las grandes estructuras de la música (1940), Forma y expresión en la música. Ensayo sobre la formación de los géneros en la música instrumental (1941), Los grandes periodos de la historia de la música (1941), La música en la sociedad europea (4 vols., 1942), La música orquestal en el siglo XX (1943), Síntesis de la historia de la música (1945), La música como proceso histórico de su invención (1950), La música en España (La música en la cultura española) (1954), Teoría y práctica de la música a través de la historia (1954), Conceptos fundamentales de la historia de la música, publicado en Madrid, en 1954, pero que originalmente apareció en México, 1940, con el título La rosa de los vientos en la música europea. Tradujo la obra Juan Sebastián Bach (1950), de J.N. Forkel. En España apareció, póstumamente, La música en Cervantes y otros ensayos (1961).
En 1921 Juan Chabás publicó su libro poético Espejos (1919 -Versos- 1920). A renglón seguido de los poemas publicados por Chabás, se incluye un texto en prosa de Adolfo Salazar bajo el título Kodak en Andalucía. Es el arte mágico de la época: el arte fotográfico. Salazar pertenece a la primera generación que va por la tarde al cine. En ese texto al referirse a la capital andaluza, Salazar le dedica este maravilloso piropo lírico: “Sevilla no existe; Sevilla es una ilusión de la luz”.
Francisco Arias Solís
Por esa libertad bella como la vida.
Portal de Internautas por la Paz y la Libertad y de Foro Libre.
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