martes, 22 de diciembre de 2009

Ausiàs March por Francisco Arias Solís


AUSIÀS MARCH
(1397-1459)

“¿Cuándo ha de ser que la muerte no tema?
Eso será cuando en tu amor me inflame.
Previo es tener en muy poco a la vida
y que por Ti la menosprecie entera.”
Ausiàs March.

LA VOZ EMOCIONADA DE UN GRAN TROVADOR

Ausiàs March nace en Gandía , en el reino de Valencia, hacia 1397 y muere en Valencia el 4 de noviembre de 1459. Pertenecía a la rama valenciana de una familia catalana, los March, de fuerte tradición literaria. Además nuestro poeta se casó con Isabel Martorell, hermana de otro gran autor valenciano, Joanot, quien escribió la novela de caballería Tirant lo Blanch, pero el matrimonio duró apenas tres años por muerte de la esposa; muerte que motivó un pleito contra March por parte de uno de sus cuñados.

March mantuvo por largos años el título de halconero mayor de Alfonso el Magnánimo. Título algo más que honorífico porque parece que gustó intensamente de este deporte nobiliario. Se casó cuarentón tuvo unos cuantos hijos naturales y amó, no sabemos con qué constancia a una o varias amadas imposibles. De una de ellas conservó el sabor de ceniza, el gusto de la muerte. De otra, la decepción de encontrarla demasiado viva. La verdadera amada, fue, probablemente la invención.

March es el mejor poeta de la literatura catalana antigua. Su obra poética, formada por 128 cants, la abonan tres influencias: la de los trovadores, cuyos versos había encontrado en la biblioteca de su padre Pere March; la aristotélica y escolástica y la de la poesía trascendentista italiana. Cuando March contempla el amor, la mujer no es el ideal aquel de los trovadores, sino algo humano, real, que tiene contactos con el mundo y la religión; de ese acercamiento nace la distinción entre el amor verdadero y el falso, entre la sensualidad y la sensatez, o dama “plena de seny”. Los Cants d’amor en que celebra a Teresa Bou, a quien como Petrarca a Laura conoció en una iglesia el día de Viernes Santo, aúnan amor y religiosidad. En los Cants de mort la muerte es aludida como una amenaza o peligro, pero luego surge el temor por motivos derivados de su platonismo erótico, ya que al morir, morirá el dolor en que el enamorado se satisface: canto de amor, dolor y muerte, cuando fallece la amada; en vez de resolverse en cólera.

Actualmente se conserva un corpus de poesía marquiana de unos diez mil versos. La gran edición de Amedée Pagés, Les obres d’Auziàs March, (1912), consiguió enumerar todos los poemas y eliminar la clasificación temática que se venía utilizando desde el Renacimiento.

Entre los poetas de indudable influencia marquiana se encuentran: Boscán, Garcilaso, Fray Luis de León, Gutierre de Cetina, y Fernando de Herrera. Honorato Juan, Obispo de Osma, hacía leer las poesías de March al príncipe Don Carlos, hijo de Felipe II.

March es más poeta de autoanálisis emocional que de elogio de su amada o amadas. “Poesía de hueso vivo”, se ha dicho que era su poesía. Sus versos son mucho más que poemas de amor. March dedicó la mayor parte de su esfuerzo poético al intento de comprender sus pasiones. Su obra rezuma elucubración aristotelizante y senequista, si bien, se nota la influencia poética de Dante y Petrarca, amén de los trovadores provenzales que representan la vena principal de la que se nutre su poesía. Dentro de la literatura en catalán hay que mencionar la influencia de Ramón Llull y quizá también la del predicador valenciano San Vicente Ferrer cuyas prédicas, March había oído cuando mozo.

Menéndez Pelayo calificó a March de gran poeta, pero poeta incompleto. Lo encontraba demasiado unilateral en su voluntad analista. Pero también reconoció el polígrafo santanderino que era un poeta romántico avant la lettre dada la intensidad emocional de sus imágenes.

Un aspecto importantísimo de la obra de March es nada menos que el de sus relaciones con las mujeres. La transformación de una poesía lírica más o menos emocional en una poesía tan intensamente psicológica y analítica no ha sido explicada suficientemente. Hay que esperar que ahora que el feminismo ha abierto para la crítica nuevas avenidas se considere esa poesía sin pudores ni prejuicios.

March empezó a poetizar utilizando el catalán y fue después de Llull el primer poeta que abandonó la lengua de sus maestros: ese provenzal que se mantenía gracias al esnobismo de nobles y burgueses y gracias a los esfuerzos titánicos de maestrillos, autores de Trejimanes y reglas de trovar, e ilustres miembros del Consistorio de la “Gaia Ciencia”. Sin base popular, el andamiaje provenzal cayó por su peso. Es lógico creer que la causa fue la inanidad de que se cultive una poesía en una lengua que ya no se habla, aunque ello no implique negarle a March el mérito de haber sido quien le dio el golpe de gracia.

March es uno de los poetas más vibrantes y complejos de nuestro país, en sus versos suele hallarse un abstruso y sutil filósofo, un gran psicólogo, de raigambre tomística. Por eso ha dicho el profesor Pagés que “su poesía, para ser comprendida del todo, exige una verdadera iniciación”, algo por el estilo de lo que ocurre con Dante si es lícita la comparación. Y como dijo el poeta valenciano. “Se le conoce a Amor por sus efectos. / Su cantidad no es demasiado exacta: / gran amador, para tal otro es chico / y toma Amor poder según dónde entre”.


Francisco Arias Solís

Siempre podemos hacer algo por la paz y la libertad.

XIII Festival Poético por la Paz y la Libertad en homenaje a Benedetti.

URL: http://www.internautasporlapaz.org

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