jueves, 24 de diciembre de 2009
Bernardo Clariana por Francisco Arias Solís
BERNARDO CLARIANA
(1912-1962)
¿Pero estará entre nosotros su misterioso nombre?
Vivimos en ausencia sin rozar nuestros cuerpos
perdidos entre gentes que viven su destino
Así pasea el hombre su soledad terrestre.”
Bernardo Clariana. “Cercada soledad”.
LA VOZ DE UN POETA REVOLUCIONARIO
Bernardo Clariana, poeta, crítico literario, latinista, traductor y periodista, escribió numerosos artículos literarios, políticos y sociales en diversos periódicos y revistas. Realizó en el exilio una loable labor cultural e intelectual que, como la de tantos otros exiliados, permanece aún desterrada en el olvido.
Bernardo Clariana nació en Carlet, Valencia, el 21 de julio de 1912 y falleció ahogado en una playa de la Costa Azul, en 1962. Se graduó en Filología Clásica. Fue catedrático de Letras en el Instituto de Enseñanza Media de Irún, lector de español en Toulouse, y, más tarde, colaborador del Centro de Estudios Históricos de Madrid. Colaboró en el periódico madrileño El Sol y fue secretario de la revista Nueva Cultura, órgano de los Intelectuales Antifascistas de Valencia. Al inicio de la guerra provocada por la rebelión militar del General Franco, fue redactor jefe del periódico de guerra Ataque y asiduo colaborador de la revista Hora de España, la revista de mayor calidad literaria de la guerra española. También fue colaborador de Aeronáutica, revista del Ministerio de Marina y Aire, y del Romancero general de la guerra de España (1937). Al finalizar la guerra estuvo internado en Saint Cyprien, campo de concentración francés. A fines de 1939 consiguió embarcarse con destino a la República Dominicana y a mediados de 1940 llega a Cuba. Publicó varios poemas, inspirados en la guerra española, en Nuestra España, revista del exilio español que dirigida por Álvaro de Albornoz, vio la luz en La Habana en la imprenta “La Verónica”, del poeta malagueño Manuel Altolaguirre. Fue redactor del diario Información y colaboró en Grafos, Nadie Parecía, Universidad de la Habana y en Mirador Literario y Crítica. A finales de 1942 se trasladó a Estados Unidos, donde fue profesor de español en el Middlebury College y comentarista de radio.
En 1942 Clariana publica en Cuba su primer libro de versos, Ardiente desnacer, con un prólogo de la malagueña María Zambrano. En Estados Unidos crea los poemas que recoge más tarde en Arco ciego,publicado en 1952, con un poema-prólogo de Jorge Guillén. Libro dividido en tres partes, que corresponden a tres distintas etapas. La parte última, con poemas creados en Nueva York entre los años 1944 y 1946, es bastante distinta de las otras dos. La temática es muy diversa: la nostalgia de la tierra, y el amor, son los temas claves en las dos primeras partes; la tercera tiene un tema casi único: observación y rechazo de la nueva vida: es decir, de la vida en Nueva York. Los mejores momentos se logran cuando el autor consigue transmitir la sensación de soledad, experimentada en la gran ciudad, ajena, enemiga, cruel..., de la que intenta evadirse por medio del recuerdo: “Pero no lograrán prefabricar / Los jazmines de tu patio...” Autor asimismo de las traducciones Epitalamios (1941), de Cátulo, La canción de Juan Sin Tierra (1941), de Iván Goll, junto a Manuel Altolaguirre, y Manual del periodista (1943), de Philip W. Porter, y de la antología Poesía popular española (1941). Y como dijo nuestro poeta: “Forzosamente el poeta, si lo es con plenitud, es un revolucionario”.
Francisco Arias Solís
Donde mora la libertad, allí está mi patria.
XIII Festival Poético por la Paz y la Libertad
URL: http://www.internautasporlapaz.org
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