jueves, 21 de enero de 2010
Isabel Oyarzábal de Palencia por Francisco Arias Solís
ISABEL OYARZÁBAL DE PALENCIA
(1878-1974)
“Yo no puedo olvidar que al salir de Noruega, en el barco, siguiendo una costumbre tradicional nos entregaron unas cintas de diversos colores, serpentinas, que los pasajeros arrojábamos a los que nos despedían desde el muelle. Cuando yo lancé todas las cintas, vi que
se me quedaban en las manos los extremos de tres solamente, que me unían a la tierra que dejaba: rojas, amarillas y moradas y siempre he considerado que aquello fue como una revelación profética, de que los españoles al abandonar Europa seguíamos ligado a nuestro país por la bandera republicana.”
Isabel O. de Palencia.
LA VOZ DE LA PRIMERA EMBAJADORA ESPAÑOLA
El 23 de octubre de 1936 un decreto del Ministerio de Estado nombraba a la excelente escritora malagueña -no debidamente apreciada- Isabel de Oyarzábal, Ministro Plenipotenciario de la legación de Estocolmo, por primera vez recaía sobre una mujer española dicho nombramiento. El anterior embajador, Alfonso Fiscowich, se resistió en la legación a ser sustituido por una mujer y además “roja”. De su estancia en Estocolmo, Oyarzábal recordará siempre aquella recepción del personal diplomático en las navidades de 1938, en la que el rey Gustavo V levantó su copa para brindar por la “representante de la heroica República Española”. Allí conoció también a la escritora americana Pearl Sydenstricker Buck que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1938 y que dedicó palabras de afecto a la España republicana.
La periodista, novelista, dramaturga, traductora, actriz de teatro, folclorista, política y diplomática Isabel Oyarzábal Smith, también conocida como Isabel de Palencia, nace en Málaga el 12 de junio de 1878 y fallece en Ciudad de México en 1974. Hija de familia burguesa, su padre era malagueño de ascendencia vasca y su madre escocesa. Estudia en el colegio de monjas de la Asunción y en el último curso da también clases en la escuela de niñas pobres. Pasa los veranos en Inglaterra y Escocia. Trabaja en Sussex, Inglaterra, como profesora de español. En Málaga, en 1905, conoce a Ceferino Palencia Álvarez, crítico de arte e hijo de la famosa actriz María Tubau, con quien contraería matrimonio en 1909. Debuta como actriz en Madrid en la obra Pepita Tudó, escrita por su marido. En su etapa de actriz trabaja para la agencia de noticias londinense Laffan News Bureau y para el periódico inglés The Standar. Con su hermana y una amiga funda la revista La Dama y la Vida Ilustrada, primera revista dirigida a mujeres en la España de 1908. Comienza a escribir en diversas revistas españolas El Heraldo, Nuevo Mundo, Blanco y Negro y La Esfera. Hacia 1918 se afilia a la Asociación Nacional de Mujeres Españolas (ANME), creada por la malagueña María Espinosa de los Monteros. En 1920 participa como delegada al Congreso de la Alianza Internacional para el Sufragio de la Mujer, celebrado en Ginebra. Su sección del diario El Sol -Crónicas Femeninas-, la firma como Beatríz Galindo, seudónimo que también utilizaría en algunas de sus obras y colaboraciones, como en el diario La Voz. Forma parte de la junta directiva del Lyceum Club, del que fue vicepresidenta junto a la malagueña Victoria Kent. En 1929 fue presidenta de la Liga Femenina Española por la Paz y la Libertad y comienza a trabajar como corresponsal del periódico inglés Daily Herald. Es la única mujer en la Comisión Permanente de la Esclavitud en las Naciones Unidas. Militante de PSOE, en las elecciones de 1931 es candidata a diputada de las Cortes Constituyentes. Es nombrada Consejera Gubernamental de la XV Conferencia Internacional del Trabajo y vocal del Patronato del Instituto de Reeducación Profesional y delegada en la Sociedad de Naciones. Se dedica al estudio del derecho internacional y laboral y en 1933 se convierte en la primera mujer inspectora de fábricas en España. Ese mismo año ingresa en el Comité Nacional de la Asociación de Mujeres Antifascistas Españolas. En 1935 participa como representante de los trabajadores en la Conferencia Internacional de Trabajo, celebrada en Ginebra. Una vez que tiene lugar la sublevación militar del general Franco se integra en la Comisión de Auxilio Femenino. Desde octubre a diciembre de 1936 recorre Estados Unidos para recabar fondos en nombre la República. Al inicio de 1939 emprende su exilio, partiendo de Estocolmo con rumbo a Nueva York, para establecerse en México “verdadera tierra de libertad para miles de españoles”. Es vocal de la Junta de Cultura Española en México. Colabora en las revistas del exilio España Peregrina, Romance y Las Españas, la revista más prestigiosa del exilio español. Perteneció al Patronato del Colegio Madrid, en el que figuraban distinguidas figuras de la intelectualidad mexicana y española, colegio que fue fundado en el año 1941 por la Junta de Auxilio a los Refugiados Españoles (J.A.R.E.).
Isabel O. Palencia tradujo parte de la obra de Harvelock Ellis Psicología sexual. En 1919 tradujo Silas Marner de George Eliot y, en 1921, La Abadía de Northanger de Jane Austen. Su primer libro El alma del niño. Ensayos de psicología infantil aparece en 1921 y dos años más tarde su novela El sembrador sembró su semilla. En 1926 recopila las conferencias que había impartido en París, Londres y varias ciudades norteamericanas sobre trajes regionales y folclore en el libro El traje regional en España: su importancia como expresión primitiva de los ideales estéticos del país. En el mismo año se estrena su obra dramática Diálogos con el dolor. Traduce la obra de teatro Anna Crhisti de Eugene O´Neill, que en 1931 se estrena en Madrid. En el exilio publica su autobiografía I Must Have Liberty (1940), que tiene una característica única, la sinceridad, como señala uno de sus comentaristas: “Nada se nos oculta de esa vida; ni las penurias materiales salvadas a fuerza de sacrificios y de trabajo, ni los fracasos sentimentales de la vida familiar, alguno serio... Ante el lector van desfilando vivamente descritos diferentes medios de la vida española: el de la burguesía provinciana de Málaga, y, ya en Madrid... el teatral, donde se inició en la profesión de actriz... el periodístico... el literario, el político, el de la Sociedad de Naciones y finalmente el diplomático que ella inició... como embajadora en la Corte de Suecia”. En 1945 publica Smouldering Freedom: the Story of the Spanish Republicans in Exile, que contiene también muchos datos autobiográficos. En 1947 aparece su libro Alexandra Kollontay, Ambassadress from Russia, embajadora de la Unión Soviética con la que trabó una gran amistad al coincidir con ella en Estocolmo. También publica algunos cuentos infantiles como Saint Anthony's Pig (1940) y Juan, Son of the Fisherman (1941). En 1948 publica
la recopilación de obras dramáticas Diálogos con el dolor: ensayos dramáticos y un cuento. Cuando contaba 81 años de edad aparece su novela En mi hambre mando yo (1959), cuyo titulo corresponde a la frase pronunciada por un jornalero andaluz, al pretender un cacique comprarle el voto.
Isabel O. de Palencia muere en México a los 96 años de edad, a pesar de su inmenso deseo, nunca regresa a su tierra, con la que siempre soñó en su largo exilio. “Hasta el modo de hablar de los mexicanos me hacía recordar mi pueblo, porque no usan la más pura, pero más áspera, pronunciación de los castellanos. Cecean suavemente como los andaluces”.
Francisco Arias Solís
… por segunda vez acudo al peligro para salvar los derechos del hombre. (Frase de Fermín Salvochea glosada en el libro: 102 razones para recordar a Salvochea).
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