sábado, 2 de enero de 2010

Pablo de la Fuente por Francisco Arias Solís


PABLO DE LA FUENTE
(1906-1976)

“Hemos sido arrancados de nuestra vida
por la violencia, y después no hemos vuelto
a hallar sosiego.”
Pablo de la Fuente.

LA VOZ DEL PRIMER EDITOR EN EL EXILIO

El novelista segoviano Pablo de la Fuente está considerado como el primer editor del exilio, ya que en la Embajada de Chile en Madrid en la que se refugió al final de la guerra, editó la revista literaria Luna y el periódico El Cometa. La colección de este último se perdió totalmente, pues fue quemada por el grupo de redactores cuando se consideró inminente la intervención de la policía franquista, pero pudieron salvar la de la revista Luna.

“Un caso excepcional de revista literaria es la que se publicó en ejemplar único dentro de la embajada de Chile en Madrid -escribía Pablo de la Fuente a Manuel Andújar-, en 1939-1940, por el grupo de refugiados que nos encontrábamos allí. Eran cuadernos semanales de ensayos, críticas de lecturas, suplemento de poesía, narrativa, etc., con cubierta de todo color y una ilustración igual debida a Santiago Ontañón. Escritos a máquina, sobre papel de barba, con amplios márgenes, tenían una bella presentación y representaban uno de los métodos para mantener la moral en el año y medio que duró nuestro encierro en la Embajada. Contribuían Antonio de Lezama, Antonio Aparicio, Aurelio y Julio Romeo, José Campos, Santiago Ontañón y yo, que la dirigía. Estos ejemplares únicos, lujosamente encuadernados en piel, en tres o cuatro volúmenes, por la atención de quien fuera entonces ministro de Chile en España, Germán Vergara, a quien hicimos custodio de la revistas, creo que están depositados ahora en la Biblioteca Nacional de Santiago de Chile”. Tras diversas gestiones, Manuel Andújar pudo averiguar que la revista se hallaba depositada -cuatro volúmenes encuadernados, único ejemplar existente- en la caja fuerte de la Biblioteca Central de la Universidad de Chile. La revista Luna constituye un inestimable documento para la historia del exilio español. El grupo redactor de Luna, se bautizó al comienzo como “República de las Letras” y después utilizó el nombre de “Noctambulandia”. Editaron treinta entregas, del 26-27de noviembre de 1939 al 16-17de junio de 1940.

Pablo de la Fuente nació en Segovia en 1906. Después de la guerra vivió en Chile, dedicado fudamentalmente al periodismo. Fue, junto a su mujer, la chilena Mina Yañez, uno de los fundadores del famoso y emblemático café Miraflores, mítico lugar de encuentro de los exiliados españoles en Chile. Colaboró en la prestigiosa revista del exilio español Las Españas, que vio la luz por primera vez en la ciudad de México, el 29 de noviembre de 1946, fundada por el aragonés José Ramón Arana y el andaluz Manuel Andújar. De la Fuente se trasladó después a Roma, donde trabajó hasta su jubilación como funcionario de la FAO. Murió en Perugia (Italia) en 1976.

La primera novela de Pablo de la Fuente, El hombre solo,aparece en plena guerra, y está ambientada en París, constituye una sentida historia de soledad y apartamiento. Sobre tierra prestada (1944), es su primera novela en el exilio, y enmarcada en el viaje marítimo hacia tierra americana, es una evocación de España en los luctuosos años de la guerra. Su primer libro propiamente novelesco es Los esfuerzos inútiles(1949), en el que crea la figura de un pastor evangélico. Poco después escribe Este tiempo amargo, novela de las actividades de un grupo de guerrilleros en la zona astursantanderina en los años inmediatos al fin de la guerra, que obtuvo el Primer Premio del concurso de novelas de la Alianza de Intelectuales de Chile en 1949 y que fue editada en 1953. Tras un volumen de relatos cortos, El señor cuatro y otras gentes (1954), publica La despedida (1966), y posteriormente su mejor novela El retorno (1969), en la que trata un tema muy interesante, el del regreso del exilio, asunto poco tratado por los escritores del destierro como por los del interior, tanto los casos de Arturo Barea, con La raíz rota , entre los primeros, y de Daniel Sueiro con Estos son tus hermanos, entre los segundos, son excepcionales. Y como dijo el novelista segoviano: “Entonces me di cuenta de que aquella luz, aquellas horas, aquellos árboles rotos, aquel silencio, habían roto la fuerza creciente de la vida y vi como muere todo un paisaje que dio la medida de la eternidad a mi adolescencia”.

Francisco Arias Solís

Jamás hubo una guerra buena o una paz mala.

Portal de Internautas por la Paz y la Libertad y de Foro Libre.

URL: http://www.internautasporlapaz.org

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