domingo, 1 de junio de 2008

Tomás Segovia por Francisco Arias Solis

TOMAS SEGOVIA

“La soledad es ir en compañía
de tu deseo infatigablemente,
y bebemos el mal, el crimen, el espanto
porque sorbemos en sus aguas turbias
amargamente nuestro propio exilio...”
Tomás Segovia.


LA VOZ MAS PURA DE LOS HIJOS DE LOS TRASTERRADOS

Entre los poetas más importantes del éxodo destaca indudablemente el valenciano Tomás Segovia. Niño en 1939, y, por tanto, no tenía voluntad política propia. Salió simplemente de España acompañando a sus padres, aunque luego corroborara con su libre decisión la voluntad paterna. Siempre se sintió español e hizo causa común con la de sus padres y por su bagaje cultural y por la importancia de su obra ha significado, junto con otros “niños de la guerra”, una avanzadilla de la “conciencia española” en tierras americanas.

Tomás Segovia nació en Valencia el 21 de mayo de 1927. Los primeros estudios los realiza en el Liceo Francés de Madrid, y posteriormente, en Francia y Marruecos, primeros países del exilio de sus padres. En México, realizó el bachillerato, para continuar los estudios de Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de México y de profesorado de francés en el programa de la Sorbona en México.

En los últimos años de los cuarenta y primeros de los cincuenta trabajó de profesor en el Institut Française d’Amérique Latine y en la Alliance Française. A partir de 1957 fue profesor de la Universidad Autónoma de México. En los años 1965 y 1966 estuvo en París trabajando en diversas editoriales. En la Universidad de Pricenton ejerció como profesor visitante. Desde 1970 se integró en el Colegio de México hasta su jubilación en 1984. Un año más tarde fijó su residencia entre Madrid y el sur de Francia.

Tomás Segovia fue un destacado colaborador de las revistas del exilio español publicadas en México, entre ellas, Las Españas y Presencia. También colaboró en Cuadernos de Ruedo Ibérico, revista publicada en París, que desde su primer momento quiso ser “radicalmente libre y radicalmente rigurosa”. Fue director de Hoja y, posteriormente, director de la Revista Mexicana de Literatura (1958-1963), y ha colaborado en Plural y Vuelta.

Tomás Segovia que figura en las antologías más selectas de poesía mexicana, en algunas representando “el valioso grupo de los poetas españoles trasterrados a México”; estuvo ausente, como la mayor parte de sus compañeros de destierro, de los panoramas y antologías de la poesía contemporánea, aparecidos en nuestro país. Con la excepción de José Luis Cano, que ya lo incluye en su Antología de la Nueva Poesía Española, junto con Antonio Aparicio, Arturo Serrano Plaja y Francisco Giner de los Ríos.

Poeta ante todo, Tomás Segovia publicó su primer libro de versos Poemas, en 1948. Un deseo de conocer –y de conocerse- por medio de las cosas y de los otros seres, o de conocer por la palabra, va creciendo a través de la poesía que ha recogido en varias colecciones: La luz provisional (1950), Apariciones (1957), Luz de aquí (1958), El sol y su eco (1960), Anagnórisis (1967), Terceto (1972), Cuaderno del nómada (1978), Figura y secuencias (1979), Cantata a solas (1985), Lapso (1986), Noticia natural (1992), Fiel imagen (1997), Lo inmortal y otros poemas (1998), Misma juventud (2000), Salir con vida (2003) y Día tras día (2005). También ha escrito una obra de teatro Zamora bajo los astros (1959), y novelas como Trizadero (1974) y Personajes mirando una nube (1981). Entre sus ensayos señalaremos: Contracorrientes (1973), Poética y profética (1986) y Alegatorio (1995). Ha realizado innumerables traducciones y en 2001 publicó una colección de relatos Otro invierno. Ha obtenido los premios Xavier Villaurrutia en 1978, Magda Donato en 1974, Alfonso X de Traducción en 1982. 1983 y 1984, Octavio Paz de Poesía y Ensayo en 2000, XV Premio Juan Rulfo de Literatura Latinoamericana y del Caribe en 2005 y Premio de Extremadura a la Creación en 2007.

Como crítico le singulariza su aptitud para encontrar en los textos que comenta no ya lo esencial, sino lo más singular, lo inadvertido por ojos menos sensibles. En su libro Actitudes (1970), conjunto de estudios literarios, el fino análisis se conjuga con la disquisición ensayística, produciendo resultados muy satisfactorios.

Poeta amoroso, meditativo, que busca en los pozos del mal, en las profundidades del ser, su exilio es existencial; “... aunque, después vivir sea un destierro / inconsolable entre serviles sombras”. De Segovia nos dijo Max Aub: “en la cauda de Luis Cernuda, es la voz más pura de los hijos de los trasterrados”. Comprensiblemente, el ayer, la España ausente y lejana, no puede ser lo mismo para este “niño de la guerra”, como para los que se vieron obligados a abandonarla ya hombres, jóvenes o maduros. Y como nos dijo el poeta valenciano: “El nombre del pasado no quiere decir nada / si no es para los labios que lo dicen”.

Francisco Arias Solise-mail: aarias@arrakis.esURL: http://www.arrakis.es/~aarias


Si quieres la paz, prepárate a vivir en paz con todos los hombres.

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Gracias.

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