lunes, 22 de febrero de 2010

Ángel Ossorio y Gallardo por Francisco Arias Solís


ÁNGEL OSSORIO Y GALLARDO
(1873-1946)

“Estoy donde estoy, hago lo que hago y digo lo
que digo, porque soy lo que he sido siempre: un
conservador. Mis correligionarios no me
entendieron nunca. Tengo la esperanza de que me
comprendan mejor los actuantes de ahora... que
no fueron ni serán nunca mis correligionarios.”
Ángel Ossorio y Gallardo. Hora de España.


LA VOZ DE UN CONSERVADOR INCOMPRENDIDO

El prestigioso escritor y ensayista, brillante conferencista y distinguido jurisconsulto madrileño Ángel Ossorio y Gallardo, decano del Colegio de Abogados y presidente de la Academia de Jurisprudencia y del Ateneo de Madrid, con relevante trayectoria política que del conservadurismo monárquico le llevó a embajador de la República, al impresionante exilio republicano y a ser ministro sin cartera en el primer Gobierno del exilio, llamado el “Gobierno de la esperanza”, que se constituyó en México, en el otoño de 1945, bajo la presidencia de José Giral, imprimió su autobiografía La España de mi vida (1941). poco tiempo después de recibir asilo en la Argentina, libro que ha sido reeditado más tarde en Madrid con el título de Mis memorias.

Ángel Ossorio y Gallardo nació en Madrid el 20 de junio de 1873 y falleció en Buenos Aires el 19 de mayo de 1946. Se licenció en derecho en la Universidad Central de Madrid. Ejerció la abogacía durante más de cuarenta años. Miembro del Partido Conservador, fue diputado a Cortes por Caspe, Zaragoza, durante más de veinte años seguidos. En julio de 1909. al estallar la Semana Trágica, era gobernador de Barcelona, y dimitió al oponerse a recurrir al Ejército para poner fin a la huelga. En 1913 creó el partido maurista. En 1919 fue ministro de Fomento en el gobierno presidido por Antonio Maura. Durante la dictadura de Primo de Rivera vive alejado de la política. En 1930 pidió la abdicación de Alfonso XIII. En 1931 fue diputado por Madrid en las Constituyentes y asumió la presidencia de la Comisión Jurídica Asesora, encargada del redactar el anteproyecto de la nueva Constitución. Fue presidente de la sección española de la Unión Universal por la Paz. Colaboró con la Escuela de Estudios Sociales para la Mujer y el Comité Femenino de Mejoras Sociales. Trabajó para la inclusión del servicio doméstico en los beneficios de las leyes de retiro obrero y accidentes de trabajo. Fue defensor de la República desde 1931 hasta su muerte. Durante la guerra provocada por la rebelión militar del general Franco colaboró en la revista Hora de España y fue embajador en Bélgica, Francia y Argentina. Al reconocer el Gobierno de la República Argentina a la España de Franco, a finales de febrero de 1939, abandonó la sede diplomática. Colaboró en Pensamiento Español, revista con periodicidad mensual, que apareció en Buenos Aires en 1942 y que se distinguió por su carácter independiente y por su contenido y tono intelectuales, en las que participaron los elementos más destacados del Centro Republicano Español de Buenos Aires. También prestó su colaboración a España Libre, periódico quincenal publicado en Santiago de Chile en 1942. Participó en el Homenaje a Jovellanos del Centro Asturiano de Buenos Aires en el bicentenario de su nacimiento, junto con otros destacados intelectuales del exilio, Francisco Ayala, Claudio Sánchez Albornoz y Clemente Cimorra, entre otros.

Entre los títulos más relevantes de su extensa obra citaremos: Julio de 1909 en Barcelona (1910), Conversación sobre el catalanismo (1910), Historia del pensamiento político catalán durante la guerra de España con la República Francesa (1793-1795) (1913), El alma de la toga (1919), Cartas a una muchacha sobre temas de derecho civil (1925), Cartas a una señora sobre temas de derecho político (1930), El sedimento de la lucha (1933), Orígenes próximos de la España actual (1940), La España de mi vida (1941), La guerra de España y los católicos (1942), Anteproyecto del Código Civil boliviano (1943), La reforma del Código Civil argentino, El mundo que yo deseo (1943), Vida y sacrificio de Campanys (1943), Los fundamentos de la democracia cristiana (1944), Nociones de Derecho internacional político (1944), libro de texto, Mujeres (1944), Diccionario político español, histórico y biográfico desde Carlos IV hasta 1936 (1945) y La gracia (1945). Póstumamente se publicaron Los derechos del hombre, del ciudadano y del estado (1946) y Diálogos femeninos (1947).

Y como dijo este conservador incomprendido, rara avis entre la derecha española de todos los tiempos: “Porque, en fin de cuentas, no hay libertad sin democracia ni democracia sin libertad. Y una de las libertades esenciales en la democracia es la del voto, a fin de que las leyes provengan de las autoridades legítimas, que no pueden ser otras, sino las designadas por el cuerpo social.”

Francisco Arias Solís

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