viernes, 19 de febrero de 2010

Xavier Villaurrutia por Francisco Arias Solís


EN EL 60º ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE
XAVIER VILLAURRUTIA
(1903-1950)

“Siento que estoy viviendo aquí mi muerte,
mi sola muerte presente,
mi muerte que no puedo compartir ni llorar,
mi muerte de que no me consolaré jamás.”
Xavier Villaurrutia. Hora de España.

LA VOZ DE LA NOSTALGIA DE LA MUERTE

La poesía de Vanguardia encontró en México terreno propicio; los “ismos” de posguerra se difundieron encontrando intérpretes valiosos en poetas que conquistaron merecida fama. El grupo más significativo fue el que se reunió en torno a la revista Contemporáneos (1928-1931). De los poetas que pertenecieron al grupo de los “Contemporáneos”, los más destacados fueron , Carlos Pellicer, brillante colorista, José Goroztiza, el representante de la poesía pura, Jaime Torres Bodet, el audaz surrealista, Salvador Novo, el sorprendente virtuoso verbal y Xavier Villaurrutia, el poeta de la nostalgia de la muerte.

Xavier Villaurrutia González nació en la Ciudad de México el 27 de marzo de 1903 y murió en su ciudad natal, el 25 de diciembre de 1950. Estudió en el Colegio Francés y desde sus estudios de preparatoria inició su amistad con Salvador Novo y Torres Bodet. Aunque comenzó sus estudios de Derecho, pronto los abandonó para dedicarse por completo a las letras. Dirigió, junto con Salvador Novo, la revista Ulises. En 1938, durante la guerra española provocada por la rebelión militar del general Franco, publicó dos poemas “Muerte en el frío” y “Nocturna rosa” en Hora de España, la revista más importante del momento. Más tarde colaboró en Romance, “revista popular hispanoamericana”, en la que escribieron los principales intelectuales españoles del exilio.

La poesía lírica de Xavier Villaurrutia, de modulaciones clásicas, evidencia meditadas lecturas y una conciencia de la creación poética que sólo tienen los grandes artistas. Dentro del grupo de los “Contemporáneos”, la obra de Villaurrutia constituye el resultado más refinado y al mismo tiempo más cargado de dramatismo. El poeta busca constantemente los vínculos con lo eterno y los expresa en música que, sin embargo, no desemboca en la desesperación, sino en esa singular Nostalgia de la muerte que ha dado título sugestivo a su colección de versos más significativos.

Villaurrutia es un poeta dotado de vivas cualidades pictóricas orientadas hacia la captación de panoramas matutinos, pero también de melancólicos crepúsculos en los cuales se encarna la única realidad que aguarda al hombre: la muerte. Esas cualidades se afirman desde la primeras colecciones de versos, Primeros poemas (1923), Reflejos (1926), Dos nocturnos (1931) y en Nocturnos (1933). Las cosas tal como se presentan a nuestros sentidos, se reflejan como en la tersura de un cristal, pero en su mima tersura se insinúa la inquieta conciencia de la vida dominada por la muerte, que no es en realidad macabra y horripilante, sino más bien fuente de nostalgia por un sentido de orfandad radical.

Nostalgia de la muerte (1938), Décima muerte y otros poemas no coleccionados (1941) y un último Canto a la primavera y otros poemas (1948), forman, junto con las colecciones citadas, la totalidad de la obra lírica de Xavier Villaurrutia, reunida a su muerte con su teatro en La poesía y teatro completos de Xavier Villaurrutia (1953), y luego con la prosa en Obras (1966).

El teatro mexicano debe su importancia actual sobre todo a la labor entusiasta e incansable de Xavier Villaurrutia. En 1928 este autor es cofundador del ”Teatro Ulises”, destinado a la representación de obras mexicanas. Los propios fundadores hicieron a la vez de autores y actores. En 1934, la comedia Parece mentira le valió a Villaurrutia una beca para los Estados Unidos concedida por el Teatro de Orientación, y el escritor acudió a la Universidad de Yale para un curso de perfeccionamiento. De regreso a su país, intensificó su labor a favor del teatro nacional, organizando incluso un grupo teatral: el Sindicato de Electricistas.

Como dramaturgo, Villaurrutia aportó al teatro con sus obras el sentido obsesivo de la muerte Parece mentira gira en torno a una inquietante predisposición al suicidio, replanteándose el tema en otras piezas, hasta llegar a Invitación a la muerte (1944), comedia en la cual el dramaturgo afirma plenamente su originalidad tratando un problema existencial profundamente sentido que permite penetrar en la singularidad del autor, y también en la del mexicano en un sentido más amplio.

Sea Ud. breve (1938), ¿En qué piensas? (1938), La hiedra (1941), La mujer legitima, (1943), El yerro candente (1945), El pobre Barba Azul (1947) y Juego peligroso (1949), son títulos de dramas importantes, del repertorio de Xavier Villaurrutia, en los que la personalidad del dramaturgo se impone en todos los casos al profundo conocimiento de tal o cual autor, sea éste Cocteau, Girandoux, O’Neill, o incluso el mismo Pirandello.

Son varios los poetas y dramaturgos mexicanos de auténtica valía que han logrado atraer la atención internacional, pero entre ellos destaca Xavier Villaurrutia. Y como dijo el poeta mexicano: “... en la tumba del lecho dejo mi estatua sin sangre / para salir en un momento tan lento / en un interminable descenso / sin brazos que tender / sin dedos para alcanzar la escala que cae de un piano invisible / sin más que una mirada y una voz”.

Francisco Arias Solís

Paz y Libertad.

Portal de Internautas por la Paz y la Libertad y de Foro Libre.

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