viernes, 19 de marzo de 2010
Alberto de Paz y Mateos por Francisco Arias Solís
ALBERTO DE PAZ Y MATEOS
(1915-1967)
“Lo nuevo tiene que sorprender aunque los
primeros sorprendidos seamos nosotros
mismos.”
Alberto de Paz y Mateos.
LA VOZ DEL PADRE DEL TEATRO MODERNO VENEZOLANO
El ponferradino Alberto de Paz y Mateos compartió su exilio entre Francia, Santo Domingo, Venezuela y Estados Unidos. En Venezuela su nombre ha quedado vinculado a uno de los teatros más famosos de Caracas y está considerado como el padre del teatro moderno venezolano.
Alberto de Paz y Mateos nació en Ponferrada, León, el 17 de enero de 1915 y falleció en Caracas el 29 de septiembre de 1967. Su padre fue fiscal de la Audiencia de A Coruña y con posterioridad fiscal general de la República. En A Coruña estudió bachillerato en el colegio de los Hermanos Maristas y en el colegio Francés. En 1931 se trasladó a Madrid para cursar derecho en la Universidad Complutense, en la que obtuvo la licenciatura en 1936, a punto de producirse la guerra provocada por la rebelión militar del general Franco. Había sido miembro de la compañía teatral estatal “La Barraca” de García Lorca. Al finalizar la guerra emprende el camino del exilio, pasando a Francia, donde estuvo internado en el campo de concentración Argelès sur Mer, hasta que pudo establecerse en París. En noviembre de 1939 llegó a la República Dominicana. Estuvo trabajando en la Radio Dominicana y como visitador médico. En enero de 1942 publicó en Santo Domingo una breve pieza, El marinero ciego, con cartel anunciador y decoración de otro exiliado, Eugenio Fernández Granell. En una editorial imaginaria, pero llamada por él “Saudade”, publica con intencionada omisión de lugar (Ciudad Trujillo) un libro de poemas, Canto en cinco variaciones, que podría resumirse como variaciones en torno a un tema: la soledad. Se trata de poesía, efectivamente, de tema saudosista, en contraste “con la sociabilidad del autor y su buen humor personal”, como nos hizo observar Vicente Lloréns en sus Memorias de una emigración. Santo Domingo, 1939-1945. Colaboró en Santo Domingo en la revista La Poesía Sorprendida (1943-1945), junto con otros poetas españoles del exilio (entre otros, Jorge Guillén y Juan Ramón Jiménez), y en Cuadernos Dominicanos de Cultura (1943).
En 1945, Alberto de Paz llegó a Venezuela y comenzó a dirigir el Teatro Experimental del Liceo Fermín Toro, poniendo en escena obras de Cervantes, Valle Inclán, Lope de Rueda, etc., y situándolo en la vanguardia del teatro venezolano. Fue nombrado asistente de la cátedra de Literatura de la Universidad de Wyoming, Laramie, Estados Unidos, en la que dictó cursos de literatura dramática y de novela contemporánea. Viajó a Hollywood y trabajó en la National Broadcasting Company, Incorporated (NBC), propietaria de varias cadenas de radio y televisión y en el departamento de traducciones, adaptaciones y diálogos de la empresa cinematográfica Warner Bross. En 1950 regresó a Venezuela, puso en escena obras de Jean Cocteau y Eugene O'Neill. En 1952 fue nombrado director artístico de la TV Nacional, al tiempo siguió dirigiendo obras de Lope de Vega (La dama boba), de Federico García Lorca (La casa de Bernarda Alba, Yerma, La zapatera prodigiosa, Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, Doña Rosita la soltera), de Arturo Uslar Pietri (Chuo Gil) y de Sófocles (Electra). El 4 de junio de 1962 estrena en el Teatro Municipal de Caracas su obra El acordeón, “monólogo esbozado para un buen actor”. El violento movimiento sísmico ocurrido en Caracas en julio de 1967, conocido como Terremoto Cuatricentenario de Caracas, pues se celebraban los cuatro siglos de la existencia de la ciudad, le impresionó y afectó profundamente hasta del punto de no poder conciliar el sueño. El 27 de septiembre de ese año, se disponía viajar a Madrid para visitar a su madre y tuvo que regresar del aeropuerto al sentirse mal. Dos días más tarde sufrió el infarto de miocardio que acabó con su vida. Y como nos dijo el padre del teatro moderno venezolano: “Mas la vida no es un par de zapatos viejos que se arroja al cesto de la basura, al cual todos los días... van a parar los sueños y mil esperanzas...”
Francisco Arias Solís
El futuro se gana, ganando la libertad.
Portal de Internautas por la Paz y la Libertad y de Foro Libre.
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