domingo, 14 de marzo de 2010

Luis Alberto Quesada por Francisco Arias Solís


LUIS ALBERTO QUESADA

“Dadme tierra de España
para hacer versos.
Y si no hay tierra,
dadme agua.

Dadme nieve de España
para hacer coplas.
Y si no hay nieve
dadme hielo o escarcha.”

Dadme un obrero,
un campesino,
un intelectual.

Dadme un poeta.
Quitadme al general...
y haremos patria.”
Luis Alberto Quesada.

LA VOZ DE UN LUCHADOR POR LA LIBERTAD

“Soy, en fin, amigo de todos los hombres que lucharon y luchan por un mundo mejor. Los exilios existen por razones políticas y los escritores, en general, tienen que intentar despertar a quienes engañan los poderes de turno. Y cuando esos poderes toman las formas implacables de las dictaduras, tienen que obedecer a su inteligencia y luchar contra ellas sin descanso. Mis 17 años de cárcel, uno y medio de campos de concentración y mi última condena de «Extrañamiento Perpetuo», de la que fui amnistiado con la democracia, me inducen a luchar por la libertad y decir que, en este estadio concreto de la humanidad, el futuro del hombre tiene que ser poético y para que sea poético tiene, necesariamente, que ser colectivo”. Así decía el poeta argentino-español Luis Alberto Quesada, que luchó en la guerra provocada por la rebelión militar del general Franco, “Caudillo de España por la Gracia de Dios”, como voluntario; pasó a Francia, donde estuvo en los campos de concentración franceses y luchó en la “Resistencia”, volvió a España para luchar en las guerrillas, fue detenido poco después, condenado a muerte, permaneció encarcelado diecisiete años y fue condenado a “Extrañamiento Perpetuo”, hasta lograr llegar a la República Argentina en 1959, donde siguió luchando para conseguir la amnistía de los presos políticos de España y Portugal.
El poeta y narrador Luis Alberto Quesada nace en Lomas de Zamora, ciudad muy próxima a Buenos Aires, el 22 de agosto de 1919. Hijos de padres malagueños, es registrado en el Consulado Español, por lo que tiene doble nacionalidad. A la edad de tres años viene con su familia a España que fija su domicilio en Madrid. Cursa sus primeros estudios en “El Porvenir”, colegio mixto protestante. Militante de Juventudes Socialistas Unificadas, al inicio de la guerra, con dieciséis años, se alista en el Ejército Republicano, en el que llega a ser Comisario de compañía, batallón y brigada sucesivamente. Alcanza el grado de capitán, siendo Jefe de Servicios del Estado Mayor del Coronel Galán en el frente de Cataluña. Al finalizar la guerra emprende el camino del exilio, cruzando los Pirineos. En Francia, es internado en varios campos de concentración Le Tech, Barcarés, Saint Cyprien y Gours. Es trasladado para fortificar la frontera belga, al objeto de enlazar dichas defensas con la famosa Línea Maginot. Tras la ofensiva nazi contra Francia, pudo llegar a Burdeos, donde contrajo matrimonio con Asunción Allué e ingresa en la Resistencia francesa. Perseguido por la Gestapo vuelve a España donde es detenido en 1943, un año más tarde un Consejo de Guerra le condena a la pena de muerte, que le es conmutada por treinta años de cárcel, de los que cumple diecisiete, pasando por las cárceles de General Porlier, Carabanchel, Alcalá de Henares y Burgos, donde permanece trece años, desarrollando una intensa actividad cultural y reivindicativa. En 1959 es puesto en libertad y el gobierno franquista le expulsa del país al serle nuevamente conmutada la pena por la de extrañamiento perpetuo. A su llegada a Argentina, es prosecretario de la Organización para la Amnistía de los Presos Políticos de España y Portugal. Dirige la publicación La Encina Raíz de España y el Instituto de Cultura Ibero-Argentino de Buenos Aires, institución que recibió a la delegación española, presidida por el general Gutiérrez Mellado, una vez que España recuperó la democracia.
Entre sus libros de poemas destacamos: Ayer, hoy y mañana (1944), Muro y alba (1963), Poemas y papel (1968), El hombre colectivo (1979) y Espigas al viento (1986). Entre sus libros de relatos sobresalen: El bote de leche (1944), Ya no hay cocos (1945), cuento infantil, La aldaba (1948), La saca (1963), colección de impresionantes relatos de hombres que esperaban que en cualquier momento leyeran su nombre para ser sacados y conducidos al paredón de fusilamiento, Mineros (1970) y Vida, memoria y sueños (1995). Finalmente, señalaremos su último libro Hacia el sol de la Utopía (Crónicas de la vida y de la muerte) (1999), escrito en verso y prosa poética, libro en el que este incansable luchador español-argentino por la libertad, a pesar de sus muchos años, sigue manteniendo la utopía de un mundo mejor. Y es que, como nos ha dicho: “Si el lodo de una época llegara a destruir la Utopía tenemos la obligación de volver a inventarla”.
Francisco Arias Solís
La libertad no la tienen los que no tienen su sed.

XIII Festival Poético por la Paz y la Libertad en homenaje a Benedetti.

URL: http://www.internautasporlapaz.org

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