sábado, 13 de marzo de 2010

Sentir la alergia por Francisco Arias Solís


SENTIR LA ALERGIA

“La primavera ha venido.
Nadie sabe como ha sido.”
Antonio Machado.

LOS PROCESOS ALÉRGICOS SE VEN AGRAVADOS EN PRIMAVERA

Las alergias son unas de las enfermedades más comunes de nuestro tiempo. Agravadas por factores como la contaminación, un importante número de españoles sufre procesos alérgicos que resurgen con especial fuerza cada primavera. Por sus efectos, y por los de los medicamentos que las combaten, pueden suponer un riesgo al conducir.

Según un informe de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica al menos un 15% de los españoles presenta problemas alérgicos. Se trata de un problema de salud, cada vez más frecuente en los países desarrollados, que se ve acentuado en primavera por la cantidad de agentes externos que permanecen en el aire –en nuestro país son muy comunes las alergias causadas por numerosos pólenes de diversas plantas gramíneas que tienen su etapa más activa en esta época del año- y que ven favorecidos sus efectos adversos gracias a determinadas situaciones como la contaminación ambiental de las grandes ciudades. Los síntomas más frecuentes que sufren los alérgicos en la estación primaveral suelen ser la rinitis y la conjuntivitis, que afectan al sistema respiratorio y a los ojos y que pueden suponer un trastorno importante a la hora de conducir un vehículo. Los casos más graves, sufridos por un 4 o 5% de la población alérgica, pueden deparar en asma bronquial con lo que los riesgos al volante se incrementan considerablemente.

La forma de vida en las grandes ciudades está aumentando el número de agentes que producen enfermedades alérgicas, a un mayor número de personas. Además de las alergias a los pólenes –que tanto pueden ser de trigo, centeno u olivo como del césped de un parque urbano-, surgen otras a los medicamentos, al pelo de los animales domésticos, a los ácaros del polvo de las viviendas, a determinados alimentos o a algunos productos utilizados en la industria y que sufren sus trabajadores.

Mantener al paciente lo más alejado posible de los factores que causan su alergia es una de las primeras recomendaciones que hacen los especialistas. En el caso de alergia al polen, la más común, restringir las salidas al campo y mantener cerradas las ventanas de casa o del coche el mayor tiempo posible para evitar el contacto con el alérgeno son las primeras medidas a tomar. Desde el punto de vista médico, la vacuna previa a la aparición de los síntomas se revela como un tratamiento muy eficaz.

Después, en “temporada alta” habrá que contar con la medicación necesaria que ayude as paliar los efectos. Los antihistamínicos, compuestos utilizados para combatir las alergias, han ido evolucionando desde que se empezó su uso hace medio siglo. Si bien los antihistamínicos “clásicos” -que se utilizan en la mayor parte de los antigripales y a veces se recetan simultáneamente con los antialérgicos propiamente dichos- pueden producir somnolencia, cefaleas, sopor o mareos, por citar algunos efectos secundarios, los nuevos productos, manteniendo la eficacia han reducido esos efectos. Sin embargo, la respuesta a los fármacos puede variar considerablemente de una paciente a otro.

Para evitar los efectos secundarios es fundamental respetar las indicaciones del médico en cuanto al compuesto a tomar, la dosis adecuada y no automedicarse o mezclar los medicamentos entre sí o con alcohol, pudiendo ocasionar, en estos casos, un deterioro manifiesto de la capacidad para la conducción de vehículos. Y es que, como dijo el poeta: “Yo soy como un ciego / por esos caminos... / Siempre pensando en la penita negra / que llevo conmigo”.

Francisco Arias Solís

La primera condición para la paz es la voluntad de lograrla.

Portal de Internautas por la Paz y la Libertad y de Foro Libre.

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