martes, 16 de marzo de 2010

Eleazar Huerta por Francisco Arias Solís


ELEAZAR HUERTA VALCÁRCEL
(1903-1975)

“Yo salí huyendo de España
en una noche sin luna.
Allí quedó mi casa
y allí quedó mi cuna.”
Eleazar Huerta.


LA VOZ DEL POETA DESTERRADO

Eleazar Huerta hizo en España, antes de la guerra provocada por la rebelión militar del general Franco, una poesía de una gran perfección formal con una importante reminiscencia modernista en un principio y, posteriormente, con influencias de Lorca, Alberti y Miguel Hernández. Poesía que sufre un notable cambio al llegar a Chile, país donde se había exiliado, como el poeta trató de explicarnos: “Atravesar los Andes / es contemplarse muerto, con un vago zumbar en los oídos / por conciencia y recuerdo...” “Atravesé los Andes / los Andes se quedaron en mi pecho / soy un hombre callado / que ve lo que no veo / soy una consecuencia de aguas y de aves / soy un fuego secreto / soy como un nuevo Lázaro / resucitado y muerto...” “El demonio terrible de los Andes / vaga por mis desiertos...” La alegría de la poesía de Huerta en España se transmuta en dolor en su poesía del exilio, que es una poesía de soledad.

El poeta, ensayista, crítico literario, filólogo, periodista, profesor universitario, jurista y político Eleazar Huerta Valcárcel nació en Tobarra, Albacete, el 22 de diciembre de 1903 y falleció en Santiago de Chile en 1975. Estudió bachiller en el Instituto General Técnico de Albacete y se doctoró en derecho en la Universidad Central de Madrid. Militante del Partido Socialista Obrero Español ejerció diversos cargos durante la República. Durante el “bienio negro” fue designado diputado provincial, aunque se negó a tomar posesión del mismo. Miembro de la Junta de Reforma Agraria. El 1 de marzo de 1936 fue elegido presidente de la Diputación Provincial de Albacete. El 16 de octubre de 1937 fue nombrado Director General de lo Contencioso. En ese año contrajo matrimonio con la joven Emilia Moreno Fernández. Durante la guerra fue decano del Colegio de Abogados de Albacete. Fue colaborador de numerosas publicaciones como El Progreso, Altozano, Ágora, República y El Eco del Pueblo. El 16 de octubre de 1935 la Asociación de la Prensa organizó los Juegos Florales de Albacete, en los que fue premiado como poeta. Al finalizar la guerra emprende el camino del exilio, marcha a Francia y desde allí a bordo del mítico Formosa, con un numeroso grupo de exiliados españoles, llegó a fines de diciembre de 1939, a Buenos Aires, desde donde siguió viaje a Chile. De su pasar por el Atlántico nos dejó este recuerdo: “Una línea de espuma / en el verde impasible / un bostezo de humo / en el tedio del día. / Y nada más. Desierto...” Fue profesor de literatura en la Universidad de Chile y en la recién creada Universidad Austral de Chile. En 1956 fundó la Facultad de Filosofía y Educación en la Universidad Austral de Chile, que le nombraría decano vitalicio, y cofundó con el profesor Guillermo Araya la revista Estudios Filológicos. Fue autor de la letra del himno de la Universidad Austral de Chile: “Porque se logre nuestro ideal / de un Chile grande y dichoso / la Juventud de esta tierra austral / da su esfuerzo generoso...” Perteneció al grupo redactor de España Libre, periódico quincenal publicado en Santiago de Chile, de febrero a diciembre de 1942, en el que ejerció la crítica de libros. Fue nombrado miembro de la Academia Chilena de la Lengua. A la mañana siguiente del pinochetazo sufrió un infarto agudo de miocardio, al comunicarle su mujer que su hijo era uno de los desaparecidos en una de las primeras redadas pinochetistas. Más tarde el hijo sería encontrado en el campo de exterminio llamado Valparaiso.

Entre 1921 y 1922 Eleazar Huerta publicó sus primeros poemas en el diario El Progreso. En 1934 publicó su Cancionero mozo. Su segundo poemario, Libro de Alo, fechado en 1939, no fue editado hasta 1992 por la Diputación Provincial de Albacete. En Chile publicó, entre sus obras más importantes, Poética del Mio Cid (1948), libro que dedicó a su esposa con esta dedicatoria: “Merecerías tú, como Ximena, el regalo de una Valencia, pero yo solo te puedo ofrecer este ensayo sobre el Poema de nuestro Gran Desterrrado”, y con ese mismo amor se acerca y nos acerca al héroe, Esquema de Poética (1966), Indagaciones épicas: la maravilla épica y su forma reveladora en la Ilíada y en el Poema del Cid (1968). Entre sus estudios filológicos citaremos: Cervantes, vida y creación, La ficción básica, Los géneros del decir hablado y El simbolismo de la mano en Bécquer. Y como dijo el poeta desterrado : “Pasamos frente a España / por delante de Denia / y su erguida montaña... / La nube se perdía / la patria se borraba / Adiós, hermosa mía, / mi corazón te guarda.”

Francisco Arias Solís

Donde mora la libertad, allí está mi patria.

Portal de Internautas por la Paz y la Libertad y de Foro Libre.

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