domingo, 25 de abril de 2010

Juan David García Bacca - Francisco Arias Solís


JUAN DAVID GARCÍA BACCA
(1901-1992)

“La conciencia real de verdad es la conciencia
sentimental; y seria más correcto decir que conciencia es
sentimiento, porque sentimiento es esencialmente un
sentirse. El instinto filosófico español, el del pueblo -no el
de los teólogos que no hicieron sino mantener el tipo
griego clásico de filosofar- , inventó esas maravillosas
frases de la Celestina, que son todo un programa de
ciencia real: el criterio metafísico para saber cuándo
somos y cuánto somos.”
Juan David García Bacca.


LA VOZ CON FILOSOFÍA PROPIA

Las obras filosóficas de García Bacca están escritas de forma que no se sabe que admirar más en ellas, si la profundidad del pensamiento o la galanura de su estilo. Y en eso no hace sino seguir el camino de otros pensadores españoles como Ortega y Gasset, Gaos y Zubiri, cuyas prosas son modelos literarios.

Juan David García Bacca es, sin duda, una de las mentalidades más destacada del exilio español, empezó interesándose por problemas de lógica y filosofía de la ciencia hasta acabar en una elaboración filosófica muy personal donde se trata de dar razón del mundo actual transformado por la ciencia, la técnica industrial y la economía. Otro exiliado, filósofo como él, José Gaos, ha dicho del mismo: “Un saber que se extiende desde las lenguas clásicas y las vivas principales hasta las matemáticas y la física más altas y recientes, desde la teología hasta el resto entero de la filosofía. Un sentido de la literatura y el arte que es frecuentemente incompatible con el talento necesario para poder llegar poseer saberes como los acabado de mentar”.

Español de nacimiento, aunque nacionalizado venezolano, es hombre de plena dedicación a las letras, especialmente a la filosofía. No obstante, en su libro Metafísica natural estabilizada y problemática metafísica espontánea, culmina su preocupación y atención por la ciencia. Basada en la experiencia de la realidad, esta obra supone un conocimiento de toda la ciencia moderna bajo un punto de vista original y dentro del más exigente rigor científico. En cierto modo, la metafísica de García Bacca es opuesta a la de Aristóteles ya que este fundamenta su metafísica en una concepción natural del mundo, mientras aquél en una concepción artificial del mismo, de conformidad con los tiempos actuales, o sea, la instauración de una nueva metafísica o una metafísica de carácter transformador. Se ha considerado esta obra como una de las más atrevidas del siglo XX, llamada a realizar una verdadera revolución en los conceptos metafísicos tradicionales, y muy especialmente dentro de su fenomenología. Fue también traductor y editor de grandes filósofos de todos los tiempos, desde los presocráticos a Descartes.

Juan David García Bacca nace en Pamplona el 26 de junio de 1901 y fallece en Quito el 5 de agosto de 1992. Hizo sus estudios primarios con los claretianos en Alagón, Zaragoza. Ingresa muy joven en el Seminario de los Padres Claretianos. Estudia en Cervera, Filosofía y Teología, y, en Solsona, Moral y Derecho. En 1925 se ordena sacerdote claretiano. Se traslada a Suiza para consolidar su formación, cursando estudios en la Universidad de Zurich y, posteriormente, en las universidades de Munich, París, Lovaina y Friburgo. A partir de los años treinta se produce su distanciamiento de los estudios eclesiásticos. Estudia en la Universidad de Barcelona donde se licencia en Filosofía y Letras en 1934 y un año más tarde termina su tesis doctoral Ensayo sobre la estructura lógico-genética de las ciencias físicas. Enseña en la Universidad Autónoma de Barcelona Filosofía de las Ciencias y Lógica Matemática. En febrero de 1936 gana la cátedra de Introducción de la Filosofía de la Universidad de Santiago de Compostela, que no ocupa, debido a la guerra provocada por la rebelión militar del general Franco. “Estaba de corazón y mente de parte de la República”, nos dice García Bacca, que se exilia en París en 1937. En noviembre de 1939 parte para Quito, Ecuador, donde profesa en la cátedra de Filosofía de su Universidad. En esta ciudad conoce a Fanny Palacios, con quien contrajo matrimonio. En 1942 es nombrado profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y miembro de El Colegio de México. Fue colaborador de las revistas del exilio español Las Españas y UltraMar En 1947 se traslada a Caracas donde establece su residencia. Es uno de los profesores fundadores de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Venezuela, y se le nombra decano de la Facultad de Humanidades y Educación, durante varios años, y director del Instituto de Filosofía. En 1952 obtiene la nacionalidad venezolana y permanece activo hasta 1971. En 1972 el Instituto Pedagógico de Caracas le otorga la medalla Augusto Pi Suñer. En 1977, restablecida la democracia, regresa a España. “Salí de España en 1937, -nos diría García Bacca-, por motivos de conciencia democrática; volví en 1977, por el restablecimiento de la democracia en España. El intervalo, en América hispánica”. En 1978 recibe el Premio Nacional de Literatura y en 1982 la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica. En 1985 la Universidad Complutense le otorga el titulo de doctor honoris causa.

Entre los títulos de más relieve de sus numerosas obras se cuentan: Introducción a la lógica matemática (1934), Ensayos modernos para la fundamentación de las matemáticas (1934), Introducción a la lógica moderna (1935), Invitación al filosofar (1942), Filosofía en metáforas y parábolas (1945), Teoría de la relatividad (1956), Antropología filosófica contemporánea (1956), Gnoseología y Ontología en Aristóteles (1957), Existencialismo (1962), Historia filosófica de las ciencias (1963), Metafísica natural estabilizada y problemática metafísica espontánea (1963), Introducción literaria a la Filosofía (1963), Humanismo teórico, práctico y positivo según Marx (1965), Elementos de filosofía de las ciencias (1967), Invitación a filosofar según espíritu y letra de Antonio Machado (1967), Elogio de la técnica (1968), Cosas y personas (1977), Vida, muerte, inmortalidad (1983), Qué es dios y Quién es Dios (1985), De magia a técnica. Ensayo de teatro-literario-técnico (1989) y Confesiones (2000). Y como dijo la personalidad fundamental de la filosofía española del exilio: “Mi vida ha sido un atrevimiento constante contra todo”.

Francisco Arias Solís

Cádiz con Garzón.
DEMÓCRATAS CON EL JUEZ BALTASAR GARZÓN
Asociación por una justicia democrática y una judicatura digna.
Internautas por la Paz y la Libertad y Foro Libre.
URL: http://www.internautasporlapaz.org

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