viernes, 2 de abril de 2010

Lo que el fuego se llevó por Francisco Arias Solís


LO QUE EL FUEGO SE LLEVÓ


“La muchacha de lágrimas
se bañaba entre las llamas
y el ruiseñor lloraba
con las alas quemadas.”
Federico García Lorca.

LAS PERDIDAS PRODUCIDAS POR LOS INCENDIOS

Los incendios producen en la industria y el comercio español, anualmente una pérdidas de muchísimos millones de euros. Estas pérdidas afectan sobre todo a las empresas siniestradas, pero también toda la sociedad sufre por ellas.

En España se producen anualmente unos 25.000 incendios. Algo menos de la tercera parte (un 32 %) son incendios forestales. Entre los otros incendios destacan los producidos en edificios y dentro de estos, los edificios destinados a vivienda, en segundo lugar, los ocurridos en el sector de transporte, y por último los incendios en industrias y almacenes. Muchos de los incendios producidos en edificios destinados a vivienda se inician en establecimientos comerciales ubicados en ellos, o bien, los comercios son afectados por los incendios originados en las viviendas.

Cada día aparecen noticias de incendios muy escuetas que solamente dicen que las pérdidas han ascendido a una cifra estimada en aquel momento y que la causa del incendio ha sido identificada. En estos primeros informes no se cuentan las pérdidas directas e indirectas, ni las víctimas, muertos o heridos, ya que la pérdida de la vida de una persona es incalculable.

Los incendios, además suelen tener importantes efectos sobre la comunidad, sobre todo si las entidades siniestradas son actividades industriales o comerciales de gran interés para la comunidad. Las evaluaciones de los bienes y propiedades industriales tienen efectos a largo plazo que no suelen ser consideradas en las primeras estimaciones de las pérdidas causadas por los incendios.

Las pérdidas de una empresa afectada por un incendio son muy variables: Pérdida de empleados, especialmente los cualificados que buscan otro trabajo; pérdida de clientes y de confianza de los accionistas; pérdida de ganancia sobre inversión de capital y de situación de riesgo de crédito; gastos de retener personal clave mientras la empresa está fuera de producción; embargo de pagos de seguro por parte de los proveedores; costes de demolición y derribo; costes de reconstrucción de edificios y naves; gastos fijos durante el tiempo de paro; costes de alquiler de instalaciones temporales; pérdidas de archivos e informática almacenada; pérdida del poder producir ingresos por patentes, marcas registradas, etc., pérdida del valor de la publicidad hecha anteriormente; imposibilidad de defenderse contra reclamaciones injustas debida a la pérdida de archivos y registros, etc., etc.

La empresa y los trabajadores no son los únicos “perdedores” como resultado de un incendio: la comunidad entera sufre. Entre las principales consecuencias cabe destacar: Pérdida de empleo, pérdida de circulación de dinero de los empleados; aumento de las cargas de compensaciones de desempleo, pérdida de negocios de los proveedores con materias primas y servicios a la empresa siniestrada y pérdida de impuestos sobre los terrenos y propiedades destruidas.

Las pérdidas indirectas puede obstaculizar la reapertura de una empresa después del incendio si no está asegurada adecuadamente.

En la localidad se sufren pérdidas tanto económicas como emocionales. Los trabajadores obligados a estar en paro y que no encuentran nuevos empleos pueden trasladarse a otros lugares donde haya más posibilidad de encontrar trabajo.

Es fácil ver que las pérdidas indirectas traen consecuencias imprevisibles, y algunas de las pérdidas no se manifiestan hasta años después de haber transcurrido el siniestro. Este hecho junto con las incertidumbres y las fluctuaciones de la economía, dificultan enormemente las estimaciones de las pérdidas indirectas en términos de valores fijos.

Todo se lo lleva el fuego, pero sobre todo las esperanzas. Y no hay mayor pérdida que la de las esperanzas. Por ello, Dante escribió: “Dejad toda la esperanza, vosotros los que entráis en el Infierno”. Y otro poeta nos dijo.”Las esperanzas perdidas nadie las va a buscar, / espantadas por las llamaradas, / no se vuelven a encontrar”.

Francisco Arias Solís

La guerra es un mal que deshonra al género humano.

XIII Festival Poético por la Paz y la Libertad

URL: http://www.internautasporlapaz.org

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