domingo, 11 de abril de 2010

Patricio Escobal por Francisco Arias Solís


PATRICIO PEDRO ESCOBAL
(1903-2002)

“Los testimonios de presos recién incorporados no
les permite ya dudar sobre el fin corrido por los
compañeros que cada noche son llamados “a
declarar” al Gobierno Civil.”
Patricio P. Escobal.

LA VOZ ENCARCELADA Y EXILIADA

Patricio P. Escobal es autor de un único libro Las sacas (1974), aparecido primero en inglés con el título Death Row (El corredor de la muerte) (1968). Esta obra difícilmente puede entrar dentro de los límites de la literatura de ficción porque se trata de un reportaje sobre lo sucedido al autor desde el comienzo de la guerra hasta su marcha a Estados Unidos después de ella, en las prisiones habilitadas en La Rioja por los militares rebeldes a la Segunda República en las que estuvo encarcelado, bajo amenaza de ejecución y. más tarde. confinado en el municipio vasco de Pedernales. Escobal cuenta en plan autobiográfico lo sucedido a él, amigos y conocidos riojanos y, su estilo tiene cierta tersura, que denota un prosista con cualidades literarias, y, sobre todo, la obra tiene un gran valor testimonial. Destacan los relatos sobre las enfermedades y angustias ocasionadas por la falta de libertad y los impresionantes relatos de aquellos hombres que en las cárceles franquistas esperaban que en cualquier momento leyeran su nombre para ser sacados y conducidos al paredón de fusilamiento. De esos momentos críticos y de sus reacciones ante dicha situación límite, Escobal hace un análisis en tono filosófico del hombre. Existe también una obra de Luis Alberto Quesada, con título muy parecido, La saca (1963), en la que también se relata esos escalofriantes momentos.

El escritor, ingeniero industrial y famoso futbolista Patricio Pedro Escobal López nació en Logroño el 24 de agosto de 1903 y falleció en Nueva York el 25 de noviembre de 2002. Con sólo cuatro años de edad perdió a su padre, un emigrante enriquecido. Estudió bachillerato en Madrid, en el colegio jesuita de Chamartín de la Rosa y,posteriormente, en el colegio de El Pilar, de la Compañía de María. Más tarde estudió en la Escuela de Ingenieros Industriales, obteniendo el título en 1929. A los dieciocho años de edad fue titular del Real Madrid, del que llegó a ser su capitán. Conocido futbolísticamente como “Perico” Escobal, fue olímpico en los Juegos de París en 1924. Intentó crear un sindicato de jugadores de fútbol en la Casa del Pueblo de Madrid en la temporada 1928-1929. En 1934 accedió a la plaza de ingeniero del Ayuntamiento de Logroño, pero con motivo de la huelga general de Asturias fue destituido, siendo restituido en su puesto tras el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936. A primeros de enero de 1935, contrajo matrimonio con la logroñesa María Teresa Castroviejo, hija del famoso oftalmólogo. A los cuatro días de la rebelión militar del general Franco fue detenido y encarcelado por su afiliación a Izquierda Republicana. Condenado a treinta años de cárcel, se le ingresó en las cárceles logroñesas que fueron habilitadas, y pudo salvarse cuatro veces de ser fusilado. Las pésimas condiciones de las prisiones habilitadas agravan unas dolencias padecidas con anterioridad, hasta que a mitad del año 1937, avanzado el mal de Pott, afecciones tuberculosas de la columna vertebral, fue ingresado en el Hospital Provincial de Logroño, y, posteriormente, confinado en Pedernales, Vizcaya, donde tuvo una lenta recuperación, viéndose obligado a permanecer dieciocho meses inmovilizado en cama. Gracias a unos familiares de su mujer consiguió su liberación a mediados de 1940.

El 15 de junio de 1940 emprendió el camino del exilio, partiendo desde la costa vizcaína en un barco con rumbo a Cuba, y, más tarde, marchó a Estados Unidos. Durante quince años regentó en Nueva York un establecimiento de electrodomésticos, ingresando después, en el bureau de Gas y Electricidad de la ciudad neoyorquina, en el que llegó a ser Ingeniero Jefe. Acabó su vida profesional siendo felicitado por el Ayuntamiento de Nueva York, por haber regenerado el alumbrado de Queens, el más grande de los cinco distritos metropolitanos que componen Nueva York. A la muerte de su madre, en 1968, regresó a España, pero volvió desilusionado, seguía el viejo régimen cuya bárbara represión había sufrido amargamente en sus propias carnes. Y como dijo, el autor de Las sacas: “Creer en Dios era casi una necesidad, pero es difícil, casi imposible, creer en el mundo creado por él”.

Francisco Arias Solís
Movilización ciudadana por una justicia democrática y una judicatura digna.

EN APOYO AL JUEZ GARZÓN
En Cádiz: Plaza de San Juan de Dios. Martes 13 de abril a las 20:00 horas.
Internautas por la Paz y la Libertad y Foro Libre.
URL: http://www.internautasporlapaz.org

No hay comentarios: