sábado, 9 de febrero de 2008

EUGENIO MONTES POR FRANCISCO ARIAS SOLIS

EUGENIO MONTES
(1897-1982)

“Lloran pianos,
violas, violines, violetas...”
Eugenio Montes.

LA VOZ DE UN REFORMADOR DE LA PROSA ESPAÑOLA

Preciosismo, pasión por las formas, claridad conceptual, elegancia lírica se encuentran en cualquier artículo, en cualquier libro y en cualquier conferencia de Eugenio Montes. Porque el recuerda la repetida sentencia sthendhaliana: “en las naturalezas enfáticas el énfasis es lo natural”. El lenguaje empavesado y archiliterario de Montes no es un producto artificial; es más bien un don natural, aunque perfeccionado por el pulimento. Según Luis Rosales, Montes “fue uno de los reformadores de la prosa española”.

Eugenio Montes es gallego: nació en Vigo, -otras biografía sitúan su nacimiento en Bande (Orense)-, en 1897. En gallego, ha escrito versos de corte clásico; y también prosa. Estudia el bachillerato en Orense y Filosofía y Letras y Derecho en Barcelona. Se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid con una tesis que fue dirigida por Ortega y Gasset. De este amor a la filosofía proviene su rigor mental. Hubiera brillado como filósofo pero fue vencido por el arte, por el hechizo tentador de la palabra hablada y escrita. En 1926 gana la cátedra de Literatura en el Instituto de Cádiz. Tres años más tarde inicia sus colaboraciones en La Época y El Sol, con Acción Española y con Falange Española. A pesar de su amistad con José Antonio Primo de Rivera sus ideas políticas estaban más cerca de tradicionalismo monárquico que del fascismo. A partir de 1931 comienza su carrera de corresponsal en diversas capitales europeas. Colaboró con las principales revistas y periódicos españoles. En 1964 fue nombrado periodista de honor y en 1972 le fue concedido el premio internacional de Periodismo. Montes fue miembro de la Real Academia Española y dirigió el Instituto España en Lisboa y Roma. Eugenio Montes muere en Madrid, el 28 de octubre de 1982.

“En Grecia -escribía Pedro Garfias- se revelaron los que más tardes fueron los verdaderos puntales del ultraísmo: Rivas Paneda, Diego, Montes, Comet, Guillermo de Torre, Adriano del Valle, Isaac del Vando-Villar y algunos otros”.

Como orador y como prosista, su idioma es uno de los instrumentos más halagadores que se han oído en cualquier ámbito de habla española. “Prosa de gaita gallega”, llamó, a la prosa sonora de Montes, José María Pemán. Ha sabido darnos la impresión de Galicia como muy pocos escritores.

Por forma y fondo, a la cabeza del ensayismo español de su tiempo, figurarán siempre El viajero y su sombra (1940) y Melodía italiana (1941), los dos libros más conocidos de Eugenio Montes.

Montes da al ensayo el empuje noblemente retórico del elegante estilo de un humanista, enriquecido en su fina sensibilidad captadora de ciudades y ambientes, de temas de arte y de poesía, bajo la mente vigilante de un estudioso y maestro en la ciencia de la filosofía. Sus libros se leen con interés, agrado y complacencia. Sugerido el título El viajero y la sombra por el de una obra de Nietzsche, su sentido es bien personal y vivido. Todavía es más bello y más sugestivo, Melodía italiana, libro hondo y cordial, de visión y nostalgia y de juicio de arte. Su sentido poético llega incluso a concretarse en hileras de versos. En sus páginas se une el poema y la interpelación metafísica. “Tampoco las más bellas melodías españolas la canta el pentagrama, sino la quejumbre de un pino de Finisterre y ese callar de una calleja en Ecija, con pared blanca y una rosa en el desnudo hombro. Pared blanca y rosa, cal y canto. Eso aún es más griego que Grecia. Eso es aún más antiguo, porque es tartésico”.

Uno de los más interesantes ensayos es La confesión de la Sixtina, sobre Julio II y Miguel Angel, o el extenso Piero della Francesca, o el asombro origen del Cosmos. Es autor, además, de tres libros en gallego: O vello mariñeiro toma o sol (1922), Versos a tres cás o neto (1930) y Tres contos (1930). En 1984 se publicó su Obra en galego.

Sus últimos ensayos le confirman en su amplio humanismo que une, al modo que pudiéramos llamar neo-renacentista, la cultura clásica con la moderna, su profundidad de base filosófica, con la más amplia visión crítica de temas de Literatura y Arte. Supo tratar los temas mostrando a la vez verdadero talento para las ideas y verdadero talento literario, arte de expresión, arte de la palabra. Siendo el escritor de su generación que con mayor número de lazos se ha sentido unido al universo. García Lorca en su famoso Poema del Cante Jondo, dedica a Eugenio Montes la petenera “Campana. Bordón”: “En la torre / amarilla / dobla una campana. / Sobre el viento / amarillo, / se abren las campanadas...”

Francisco Arias Solise-mail: aarias@arrakis.esURL: http://www.arrakis.es/~aarias
WIKIPEDIA: http://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Arias_Sol%C3%ADs


Paz y libertad.
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Gracias.

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