sábado, 23 de febrero de 2008

MANUEL MANTERO POR FRANCISCO ARIAS SOLIS

MANUEL MANTERO

“El pobre
esperó
a que pasaran otros siete años
según la ley.”
Manuel Mantero

LA VOZ CON NERVIO EXPRESIVO

La actitud de este poeta no puede ser más voluntariosa. Intenta romper el clisé de la poesía colorista y romántica con incursiones coloquiales y espontáneas. Busca, ya se comprende, una integración de tradición y modernidad, de emoción antigua y lenguaje vivo, de concepto trascendente y forma desarticulada y automática.

No le gusta a Mantero que se le encasille en generaciones ni en corrientes. Ha protestado cuando se le puesto al lado de los poetas sociales, por el objetivismo que se advierte en sus poemas o por la denuncia de situaciones; Mantero, si comparte algunos datos externos con otros poetas de los años cincuenta, se distancia por el rasgo más personal de su acento: el de romper las fronteras del “aquí y el ahora”. ”Pero si el poeta social -decía Mantero- es intentar poesía también por un camino que se ofrece cercano, entrañado y tremendo al hombre de hoy, sí me considero poeta social”.

Manuel Mantero nace en Sevilla en 1930. Doctor en Derecho. Crítico de poesía. Profesor de la Universidad de Madrid y Premio Nacional de Poesía 1960 y Fastenrath de la Real Academia en 1967 En 1969 se marcha a Estados Unidos como Profesor de Literatura española en Michigan y más tarde impartió clases en la Universidad de Georgia, como Profesor Distinguido, hasta el año 2000, año de su jubilación. En la actualidad es “Emeritus Research Profesor”, de dicha Universidad. Ha obtenido el Premio Andalucía de la Crítica y es miembro de la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras.

Poeta andaluz con traje campesino y con temas de la poesía de todos los tiempos. la mujer, la muerte, la noche, la soledad, el tiempo. Realista, esencial a la vez, al arrancar sus versos de hoy, con todo el peso de nuestros problemas, en el momento en que éstos inciden en la posibilidad o en la amenaza de que el hombre o el mundo sigan existiendo. Poeta también imaginativo, creador de nuevas realidades a partir de la materialidad de lo existente; de ahí arranca el dato inexplicable o nostálgico en su poesía que hace referencia al misterio humano o que intuye, en otros casos, su esencia.

Su primer libro data de 1954, La carne antigua, cuando Mantero tenía veinticuatro años. Se da a conocer en 1958 con Mínimas del ciprés y los labios; este libro contiene poemas breves y tristes; los temas son los de la muerte y la mujer, expresados desde una geografía andaluza y una sensibilidad sureña. Manuel Mantero deja Sevilla por Madrid en 1960, con la intención de dedicarse a la enseñanza de la Filosofía del Derecho. Las aficiones literarias y la vida en la gran ciudad le cambian el rumbo.

Tiempo de hombre (1960) es obra de un poeta preocupado por los temas de nuestro tiempo vistos desde el ambiente concreto de una jornada cualquiera vivida en la ciudad. Lámpara común (1962) expresa la solidaridad con sus contemporáneos: “Me sentí hombre entre los hombres y no pude evitar la voz coral”, ha escrito Mantero en este libro. Misa solemne (1966) y Ya quiere amanecer (1975) son sus obras más ambiciosas.

Otros libros poéticos son: Poemas exclusivos (1972), Memorias de Deucalión (1982), Fiesta (1995), Primavera del ser (2003), Equipaje (2005). Entre los títulos más relevantes de sus libros en prosa citaremos: Crates de Tebas (1980), Poetas españoles de posguerra (1986), Antes muerto que mudado (1990) y Había unas ventana de colores. Memorias y desmemorias (2004). En Poetas españoles de posguerra, nos dice: “Para una Iglesia que declaró “Cruzada” a la guerra civil y que aumentó sus privilegios a raíz del Concordato de 1953, imponiendo la enseñanza religiosa a todos los niveles, la justicia social no fue problema hasta después del Concilio Vaticano”.

Mantero posee entonación épica, nervio expresivo, y, por supuesto, audacia. Y la voz poética de Mantero aporta comparaciones y analogías originales y válidas. Sólo una subjetividad plena puede establecer el correlato entre la idea y su representación. Y como dijo el poeta sevillano. “Nadie deje su hambre en cualquier parte: / Lo que quedasteis sin comer un día / esperando esta fiesta, esta alegría, / seréis saciados, no claméis aparte”.

Francisco Arias Solise-mail: aarias@arrakis.esURL: http://www.arrakis.es/~aarias
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Gracias.

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