JUAN BAUTISTA ARRIAZA
(1770-1837)
“Pero no espere el traidor
un vasallo en esta orilla;
que mi bien es mi barquilla,
mis redes sólo mi amor.”
Juan Bautista Arriaza.
LA VOZ ENTRE DOS SIGLOS
Un hecho histórico característico de la transición entre los siglos XVIII y XIX fue que los poetas ( los escritores en general) aspirasen a ocupar un puesto con la organización política de la sociedad. Esa importancia social de los poetas y de la poesía sólo es explicable si unos y otra responden a los intereses y gustos de la clase dominante. Es decir, en una época de dominio burgués, el que los poetas ocupen puestos destacados en la Administración pública, por el hecho de ser escritores de renombre, significa que su escritura no contradice las opiniones del poder.
Juan Bautista Arriaza y Superviela nació en Madrid el 27 de febrero de 1770. Cursó su estudios en el Real Seminario de Nobles, de donde pasó a la escuela militar de Zaragoza. Ingresó en la marina real y en ella sirvió hasta que una grave afección de la vista le obligó en 1798, a dejar este servicio. Desde este año que publicó en Madrid Las Primicias, hasta 1829 que se publican las Poesías líricas de D. Juan Bautista Arriaza nuevamente aumentadas con sus últimas composiciones, son varias las estampadas. Su inspiración se encaminó especialmente a la elaboración de himnos y poemas patrióticos, entre los que es famosa su composición “Al Dos de Mayo”, incluida en Poesías patrióticas, publicadas en Londres en 1810.
Juan Bautista Arriaza entró en la carrera diplomática y como agregado pasó a la legación española en Londres. Allí estaba en 1802 cuando concluyó su poema “Emilia”. En 1805 se trasladó en París y, por último, a Madrid. Opuesto a los franceses y constitucionales, recibió el favor de Fernando VII, quien le distinguió con la Orden de Carlos III, nombrándole consejero y secretario de decretos, y mayordomo de semana, y fue, prácticamente, el poeta oficial de aquella corte. Al caer la Constitución escribe un himno en el que decía: “Libertad se llama la arpía / que el averno lanzó contra España”. Perteneció a la Academia Española y a la de San Fernando. Juan Bautista Arriaza falleció en Madrid el 22 de enero de 1837.
Sus poemas, escritos ya muy avanzado el XIX, recogen todavía los gustos de la transición entre los dos siglos. Si la transición del clasicismo al romanticismo era evidente en lo que concernía a los temas y al concepto general del mundo, no puede decirse lo mismo a las formas poéticas. En 1814, Nicolás Bölh de Faber inició en El Mercurio Gaditano artículos sobre el teatro clásico español. Don Nicolás reforzó la tendencia restauradora del pensamiento de Schelegel, ampliándolo con entusiasmo a la literatura española. La polémica se entabló como es de sobra conocido, con José Joaquín de Mora que tomó la postura de la Ilustración. Cabría, pues interpretar que el romanticismo se presenta inicialmente en España con la postura de Bölh de Faber coincidente en muchos aspectos con la de Arriaza, a la que los liberales no podían hacer otra cosa que oponerse. Y como dijo el poeta partidario de la política absolutista de Fernando VII: “Al error que me engañaba / concede, Silvia, el perdón; / ya siento más tu aflicción / que antes sentí tu desdén”.
Francisco Arias Solise-mail: aarias@arrakis.esURL: http://www.arrakis.es/~aarias
Sus palabras son bellas... pero luego no cumplen sus promesas.
Aviso: Se ruega a los internautas que pongan en sus páginas el logotipo o banner de Internautas por la Paz y la Libertad que figura en la URL:http://www.arrakis.es/~aarias/internau.htm
Gracias.
domingo, 24 de febrero de 2008
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