MANUEL ANDUJAR
(1913-1994)
Dormís,
rendidas las pupilas
por sudarios de bancales
y las desiertas esquinas.
En vez de cirios, llamas.
Un gemido seco
impregna de humedad
las hostiles moradas
Geografía española de la muerte.”
Manuel Andújar.
LA VOZ DE UN HONDO PENAR
“Penar –decía Andujar-, es una palabra sureña, rica y terruñera, que no dice del mismo modo ni con inflexión pareja en Andalucía que en el resto de España. Penar es un poco cante jondo”.
Manuel Andujar Muñoz nació en La Carolina, provincia de Jaén, el 4 de enero de 1913. Antes de la guerra residió alternativamente en Linares, Málaga, Madrid, Lérida, Barcelona. En Málaga cursó la carrera de comercio y en Madrid terminó sus estudios de perito mercantil. Ejerció el periodismo y funciones administrativas. En enero de 1939 pasa a Francia, donde fue internado en el campo de concentración de Saint-Cyprien; el mismo año embarcó hacia México en la expedición del Sinaia. "De Sète a Veracruz-nos cuenta Andújar-, el Sinaia, un viejo barco matalón transportó -avanzado mayo, al 13 de junio de 1939- a más de 1.600 republicanos españoles. Procedentes en su gran mayoría, de los campos de concentración franceses. Entre ellos, nutrido y lucido haz de intelectuales, escritores y artistas". Andújar vivió todo el exilio en México hasta su regreso a España en 1967, excepto una estancia en Santiago de Chile de 1956 a 1957. Ha sido librero, corresponsal, agente de editoriales (estuvo más de once años en la famosa editorial mexicana Fondo de Cultura Económica), pero destaca por su importante obra literaria como poeta y narrador. Fundó la revista Las Españas, con José Ramón Arana, una de las más importantes revistas del exilio. A su regreso a España, compagina su labor de escritor con su trabajo en Alianza Editorial. Manuel Andujar muere en una residencia de ancianos madrileña, justamente el 14 de abril de 1994.
Andujar ha abordado prácticamente todos los géneros literarios: poesía, teatro, crónica, ensayo, narrativa breve, novela. Es uno de nuestros más exigentes e importantes novelistas del siglo XX.
Toda la producción narrativa de Andujar se encuadra en un vasto ciclo titulado “Lares y penares” en el que con absoluta independencia temática y clara evolución formal, se realiza una interpretación novelada de la España del siglo XX. Desde su más recientes obras, tentadas por nuevos moldes expresivos y por una progresiva concepción simbólica del relato, la serie de Manuel Andujar es una indignación profundamente ética del comportamiento humano del pueblo español que ha configurado su trayectoria histórica. De esta manera lo particular y lo social se compenetran de forma indisoluble al servicio de un mensaje profundamente humano y social.
“Lares y penares” se inicia con Cristal herido (1945), primera muestra novelesca de Andujar, que a pesar de ser un primer libro nos presenta a un escritor de seguro instinto narrativo. Con ella da paso Andujar a una exploración organizada de la España de preguerra que se realiza en la trilogía Vísperas: Llanura (1947), El vencido (1949) y El destino de Lázaro (1959).
Llanura es una novela que, sin deseo de buscarle filiaciones literarias, comparte la estructura del drama rural con la de novela de asunto caciquil. El vencido nos traslada a la zona minera jienense donde Miguel consigue pasar de hijo de un modesto obrero a rico empresario, pero ello no le salvará de su irremediable soledad, pues el triunfo económico no conlleva satisfacción espiritual. El destino de Lázaro se desarrolla en un recinto portuario, y en la misma, la tesis social o la censura de las anteriores, cede el paso a una historia más particularizada en la que, por otra parte, un aliento de esperanza ha empezado a infiltrarse.
“Lares y penares” posee otra novela mayor, Historias de una historia (1973), individualmente su libro más importante. Esta novela está situada en la guerra –contada desde el lado republicano-. Resalta en el libro ese aire de verdad que posee toda literatura auténtica, sobre todo porque la obra no obedece a unos esquemas previos ni a ninguna clase de maniqueísmo, sino a unas motivaciones estrictamente humanas. El ciclo novelístico de Andujar se completa con La voz y la sangre (1984), Cita de fantasmas (1984) y Mágica fecha (1989). En 1992 vio la luz su novela Un caballero de barba azafranada , cuya temática, centrada en la historia de dos mujeres, marca una distancia con respecto a su anterior producción.
Andujar publica su primera colección de poesía , La propia imagen, en 1961, en México. El siguiente libro de poesía, Campana y cadena, se edita en España en 1965. Otras obras poéticas son: Fechas de un retorno (1979) y Sentires y querencias (1984). Entre sus ensayos más relevantes se cuentan La literatura catalana en el destierro, Andalucía e Hispanoamérica: Crisol de mestizajes (1982) y Signos de admiración (1986). Entre sus obras teatrales destacan: El primer juicio final y El sueño robado, publicadas ambas en 1962. Y entre los cuentos y crónicas-relatos podemos citar: Los lugares vacíos, La franja luminosa, Secretos augurios, Partiendo de la angustia y Saint Cyprien , plage, campo de concentración (1942), sobre su experiencia en este campo de concentración.
La literatura de Andujar es fundamentalmente interpretativa. En cualquier caso, y en toda su obra, resulta de vital importancia el talante ético del autor, que curiosamente, no le lleva a ninguna clase de moralización. Tras un tono crítico, tras una palabra cruda, se ocultan siempre un gran dolor, un hondo penar y un gran amor. Esto es muy patente en una serie de poemas dedicados a España: a la España que el desterrado contempló –entrevió- en su realidad –no en su sueño de desterrado- durante un breve viaje: “Con recatado amor / y pasión requemada / adobáis la espera / mientras / lejanos árboles de ocres y cenizas, / sempiternas caras cenceñas, / roídas murallas amarillas y flamantes máquinas, / la madeja devanan / de España”.
Francisco Arias Solis
e-mail: aarias@arrakis.es
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domingo, 24 de mayo de 2009
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