JULIÁN SANZ DEL RÍO
(1814-1869)
“Tal como hoy está el libro pertenece a Krause
el espíritu, la exposición es mía y no hay original
alemán ni no alemán de donde se halla traducido.“
Julián Sanz del Río. Ideal de la humanidad para la vida.
LA VOZ DEL INTRODUCTOR DEL KRAUSISMO
El fundador del krausismo español fue Julián Sanz del Río, formado en el estudio del Derecho y de la Filosofía, se trajo de Alemania la ideología que en principio más necesitaba el intelectualismo español.
Julián Sanz del Río nace en Torrearévalo, un pueblecito de la provincia de Soria, el 10 de marzo de 1814. Hijo de familia humilde, estudió en el Seminario Conciliar de San Pelagio de Córdoba, en el Colegio del Sacromonte de Granada y obtuvo los grados de Bachiller en Cánones en la Universidad de Toledo. Posteriormente obtuvo los grados de Licenciado y Doctor en la Universidad de Granada. Fue catedrático de Derecho Romano y presidente de Leyes en el Colegio del Sacromonte de Granada.
Al conocimiento de los españoles que avizoraban las novedades intelectuales del mundo había llegado la noticia de que en Alemania imperaba una filosofía fabulosa por sus dimensiones y por su originalidad. A ellos se debe el krausismo español, que con el tiempo llegó a ser algo así como una filosofía del Estado.
El ministro progresista Pedro Gómez de la Serna envió a Julián Sanz del Río a beber directamente en las fuentes de aquella desconocida ciencia germánica. Sanz del Río salió para Alemania en 1843. Se detuvo unos días en París y visitó a Victor Cousin. Le bastó tan corto tiempo para averiguar que en Francia “la filosofía no se cultiva ni con profundidad ni con sinceridad”.
Sanz del Río permaneció en Alemania hasta 1844. Si se juzga por sus traducciones y glosas de Krause, Sanz del Río apenas pudo digerir más que dos o tres obras del maestro. Nuestro filósofo era el tipo de sabio de un solo libro o poco más; poco extenso en el conocer, pero muy intenso en lo que conoce.
El eje de la filosofía de Sanz del Río, está en dos obras krausistas: la Metafísica, primera parte o analítica, y el Ideal de la humanidad para la vida, publicadas ambas en 1860. La segunda parte de la Metafísica, o sea la síntesis, anduvo manuscrita en manos de sus discípulos pero no llegó a publicarse, hasta después de su muerte.
Menéndez Pelayo afirma que “pocos saben que en España hemos sido krausistas por casualidad”. Sin embargo, no hubo tal casualidad. Sanz del Río fue al krausismo como quien dice a tiro hecho. Ya era krausista, al menos potencial, antes de salir de España. Lo confiesa en su primera carta a José de Revilla: la convicción de que la doctrina de Krause es “la eterna, la absoluta verdad” nace de la doctrina misma, “que yo encuentro en mí”. Llevaba el krausismo consigo.
Probablemente este misticismo latente en la conciencia de muchos españoles venía de muy lejos, quizás desde la Edad Media, Desde luego sorprende que buen número de los primeros krausistas y de los sucesivos más importantes fueron oriundos de Andalucía, una tierra donde la cultura semita, árabe o judaica, echó hondas raíces. Canalejas, Salmerón, Castelar, Federico de Castro, Giner de los Ríos son andaluces. Sanz del Río, como sabemos, nació en Castilla, pero a los diez años va a educarse a Córdoba y más tarde a Granada.
Para los krausistas españoles el krausismo era un instrumento para construir un Estado liberal y democrático, justo y eficaz, especie de juez de campo presidiendo y armonizando los antagonismos sociales, sin intervenir demasiado.
La idea de que la especie humana forma un gran familia de miembros iguales, sin distinción de razas, de religiones, tenía también una honda tradición en España. La había hecho suya en Roma el cordobés Séneca. De modo que el Ideal de la humanidad, después de todo, no era otra cosa que el senequismo español que insconcientemente Sanz del Río llevaba dentro.
En 1867, Sanz del Río fue destituido por el gobierno de su cátedra de Historia de la Filosofía que ocupaba desde 1854, por no haber querido suscribir una declaración de fe católica y monárquica. “La filosofía en España –decía Clarín- era en rigor planta exótica, puede decirse que la trajo de Alemania el ilustre Sanz del Río”.
Julián Sanz del Río murió en Madrid el 12 de octubre de 1869. Cuantos le trataron convienen en reconocer el magnetismo que irradiaba la personalidad de aquel hombre retraído. Muerto el maestro los krausistas españoles se dedicaron a las aplicaciones prácticas de la metafísica sintética.
A la sombra de la Institución Libre de Enseñanza y bajo la inspiración de Giner de los Ríos y sus auxiliares, nacieron las instituciones encargadas de difundir la cultura en el interior e importarla del exterior, la Escuela Superior del Magisterio, el Instituto Modelo de Enseñanza Secundaria, las Residencias de Estudiantes para los dos sexos y la Junta de Ampliación de Estudios.
Nadie honradamente puede negar que el krausismo, penetrando hasta las capas más apartadas de la burguesía española a través de todas estas instituciones creadas e inspiradas por Giner de los Ríos, hizo mejores hombres de los españoles.
Francisco Arias Solís
Se ama la libertad como se ama y se necesita el aire, el pan y el amor.
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martes, 14 de julio de 2009
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