martes, 11 de agosto de 2009

José Enrique Rodó por Francisco Arias Solís

JOSE ENRIQUE RODÓ
(1871-1917)

“Los gobiernos que han pretendido sofocar
la voz libre de los pueblos, han muerto asfixiados
apenas se ha hecho el silencio que apetecían.”
José Enrique Rodó.


LA VOZ DE LA PROSA MODERNISTA

El modernismo no se explica de forma completa sin situar al lado de Darío a un pensador y ensayista José Enrique Rodó, algo posterior cronológicamente (Ariel, 1900), pero cuya labor incidió tanto en el maestro como en los discípulos. Ariel señala y marca las pautas ideológicas con la que comulgaron todos los modernistas. El uruguayo José Enrique Rodó ha representado el pensar y sentir hispanoamericano en la época del resurgir del modernismo y puede ser considerado como el crítico continental de su época. Se distinguió por su idealismo, aunque tampoco despreció las ventajas del progreso materialista. Está considerado el mayor ensayista del modernismo hispanoamericano, particularmente, por sus ideas. Periodista de altura y gran orador, fue también un maestro de la juventud.

Rodó aceptaba las democracias, pero únicamente las selectas, las que no igualan con el rasero de lo bajo, sino las que tienden a superarse. Fruto de la ideología de Rodó es Ariel, que constituye un ataque al positivismo, intentando Rodó con su prédica borrar de las juventudes hispanoamericanas cierto complejo de inferioridad; y para alentarlos les hizo ver su acervo de idealismo y cómo con el podían evitar los peligros que para su originalidad representa el utilitarismo norteamericano. “Ariel triunfante significa idealidad y orden en la vida -nos dice el autor- , noble inspiración en el pensamiento, desinterés en moral, buen gusto en arte, heroísmo en la acción, delicadeza de costumbres. Es el héroe epónimo en la epopeya de la especie”.

José Enrique Rodó Piñeyro nace en Montevideo el 15 de julio de 1871 y fallece en Palermo, capital de la región autónoma de Sicilia, el 1 de mayo de 1917. Su padre, español de nacimiento, despierta su afición a la literatura. A la muerte de su padre tiene que trabajar, a temprana de edad, de aprendiz de un estudio de escribano. Estudia Filosofía y funda la Revista Nacional de Literatura y Ciencias Sociales (1895-1897). Colabora en diversos periódicos y revistas, y llega a ser profesor de literatura en la Universidad de Montevideo, diputado por el Partido Colorado, director de la Biblioteca Nacional y en 1912 es designado académico correspondiente de la Real Academia Española. Viaja a Europa, como corresponsal literario de la revista Caras y Caretas, pero su delicada salud se resiente y muere al poco tiempo de llegar a Sicilia.

En 1900 publicó Ariel, su obra más conocida, en la que exhorta a la juventud hispanoamericana a evitar toda limitación espiritual y a mantener la tradición grecolatina de su cultura frente a la estrechez utilitaria de Estados Unidos. Escribió también Motivos de Proteo (1909), de carácter espiritualista, a la que Rodó consideraba como su obra cumbre, El mirador de Próspero (1913) y una compilación de textos hispanoamericanos en la que aparecían representados Rubén Darío, Simón Bolívar y Juan Montalvo. Su estilo, que se distingue por la precisión, unida a la riqueza de imágenes, se refleja también en otras obras como El que vendrá (1896), La novela nueva (1897) y Liberalismo y jacobinismo (1906). Póstumamente se publicaron El camino de Paros (1918), Hombres de América (1920) y Nuevos motivos de Proteo (1918).

Rodó no solo es un pensador, sino también un artista. La crítica lo ha reconocido como “la cumbre de la prosa modernista” y su estilo ha servido con claridad y elegancia la expresión de sus ideas. Y como dijo el modernista uruguayo: “Los partidos políticos no mueren de muerte natural; se suicidan”.

Francisco Arias Solis

Se ama la libertad como se ama y se necesita el aire, el pan y el amor.

Para participar en el XIII Festival Poético por la Paz y la Libertad

URL: http://www.internautasporlapaz.org

Enviar los poemas a pazylibertad@arrakis.es

Gracias.

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