MIGUEL VALDIVIESO
(1893-1966)
“Te digo, amigo,
Que la poesía no es lo que se dice,
Sino lo que se toca como el agua.”
Miguel Valdivieso.
LA VOZ DEL POETA OLVIDADO DEL 27
El poeta murciano Miguel Valdivieso apareció incluido en Poetas del 27. Antología comentada: Introducción Víctor García de la Concha (1998), habiendo quedado, anteriormente, a la sombra de los poetas a los que se había consagrado como “Generación del 27”. Sin embargo, como nos dice Francisco Javier Díez Revenga: “Estuvo destinado en Murcia en los años veinte y participó en todas las empresas literarias de la joven literatura del momento. Con Jorge Guillén entabló una entrañable amistad, correspondida por el poeta muchos años después, cuando le prologó la edición de sus poesías completas”.
Miguel Valdivieso nació en Mazarrón, Murcia, el 14 de marzo de 1893 (el mismo año en que nació Jorge Guillén) y falleció en Madrid el 21 de septiembre de 1966. Desde muy niño vivió en Cartagena. Funcionario de Correos, fue destinado por cortos periodos de tiempo a Lugo y a Orihuela, desde donde pasó a Murcia. Se mantuvo fiel a la legalidad republicana y finalizada la guerra provocada por la sublevación militar del general Franco, fue deportado a Tarancón en 1940. Nueve años más tarde se afinca en Cuenca, donde residió hasta su jubilación. En 1960 se marcha a vivir a Madrid, ciudad en la que fallece.
Las primeras noticias literarias de Valdivieso están relacionadas con los poetas fundadores de la revista Verso y prosa. Colabora también con sus primos Antonio Oliver y Carmen Conde en la revista Sudeste. En Cuenca, junto a los poetas conquenses Amable Cuenca, Eduardo de la Rica y Andrés Vaca Page, funda la revista El Molino de Papel (1955-1967), una de las revistas poéticas más longevas de la época. También colaboró en la revista literaria Monteagudo de la Universidad de Murcia.
Valdivieso no publicó ningún libro poético durante su vida. Su Obra completa fue publicada póstumamente en 1968, por la modesta editorial “El Toro de Barro”, fundada por Carlos de la Rica, poeta y párroco de Carboneras de Guadazaón, Cuenca. Libro que fue prologado por Jorge Guillén y que está ordenado a su vez en cinco libros. “Si Antonio Machado fue legendariamente bueno -escribe Guillén en el prólogo citado-, también una sólida bondad nutría la raíz de conducta y escritura de nuestro poeta”.
Los cinco libros que componen la Obra completa tienen los siguientes títulos: Destrucción de la luz, Sino a quien conmigo va, Números cantan, Los alrededores y Formas de luz. Todos ellos, están marcados por los temas predilectos del poeta: la luz y la existencia del hombre. En sus poemas se observa primeramente una influencia de Rubén Darío y posteriormente de Antonio Machado, de Miguel de Unamuno, de los movimientos vanguardistas, de Miguel Hernández y, particularmente, de su amigo y maestro Jorge Guillén. Y como dijo el poeta murciano: “Este epílogo os dejo (es casi nada) / de una vida sin odio y sin espada. / No diréis que no fue suerte la mía”.
Francisco Arias Solís
La primera víctima de la guerra es la infancia.
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sábado, 8 de agosto de 2009
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