MÀRIUS TORRES
(1910-1942)
“En los recodos amarillos de lirios, verdes de paz,
siento, como si me siguiera, tu palpitar suave.
Y escucho tu agua temblorosa y amiga,
de la fuente a la mar, nuestra patria antigua.”
Màrius Torres.
LA VOZ DE UN EXILIADO INTERIOR
El poeta catalán Màrius Torres, dejó un libro poético único y póstumo: Poesíes (México,1947), publicado por su amigo Joan Sales, exiliado en México y por el grupo “Quaderns del l'exili” que tomaron al poeta como una bandera de combate. Torres fue sin duda, lo que se ha definido como “un exiliado interior”. La tuberculosis, que acabó con una obra ya madura, le recluyó ya desde la guerra en la habitación de un sanatorio. Vivió, pues, la guerra y supo del exilio de su padre, hermanos y amigos. Su obra es la de un ensimismado, que se asoma al paisaje y la gente. “En la ventana / de mi añoranza / los nomeolvides / se marchitan al ver / siempre el mismo paisaje”.
En la poesía de Torres hay un culto a la muerte, tan familiar para él, y un lirismo, sobrecargado de misterio y de una musicalidad a veces inefable, que revelan un devoto de la música clásica. Alude a la tragedia de su patria pero no es trágico.
Màrius Torres i Pereña nació en Lleida el 30 de agosto de 1990 y falleció en el sanatorio de Puig d'Olena el 30 de agosto de 1942. Su padre, el doctor Humbert Torres ocupó diversos cargos políticos, fue el primer alcalde de Lleida por elección popular, vicepresidente del Parlamento de Catalunya y diputado de las Cortes Generales por ERC. El poeta realizó sus estudios primarios en un Liceo escolar de Lleida y el bachillerato en el Instituto general y técnico de la misma ciudad. Estudia Medicina en la Universidad de Barcelona y se doctora en Madrid. A su regreso a la ciudad natal ejerce como especialista de enfermedades del aparato digestivo. Escribe algunos artículos sobre los conciertos de la filarmónica de Lleida en el semanario La Jornada. En 1935 se manifiesta la enfermedad que le acompañará hasta la muerte, ingresa en el sanatorio antituberculoso de Puig d'Olena. Allí escribe sus poemas colabora con artículos políticos en el periódico de la Juventud Republicana de Lleida, L'Ideal, en el que firma sus publicaciones con el seudónimo de Gregori Sastre, y escribe una farsa teatral inédita Una fantasma como n'hi ha poques (1935). En 1939 se le aplica la Ley de Responsabilidades Políticas por sus colaboraciones en L'Ideal y es sancionado. Su casa familiar había sido saqueada y confiscada, su padre y hermanos se habían exiliado al sur de Francia. Sólo Nuria, su hermana más pequeña, pudo cruzar clandestinamente la frontera para visitarle en el sanatorio. Màrius Torres muere a finales de 1942.
Los poemas de Màrius Torres se hacen eco tanto de su sufrimiento físico, provocado por la tuberculosis, como del sufrimiento colectivo provocado por la rebelión militar del general Franco. Fueron como una especie de diario íntimo de los últimos años de su vida. Su exquisito intimismo lo hace apto para sensibilidades muy diversas, incluso contradictorias. Sus composiciones poéticas nos recuerdan las creaciones del simbolismo francés: Charles Baudelaire, Paul Verlaine y Jean Moréas. Depurado en el idioma y en la forma poética, sin el noucentisme hubiera sido un poeta romántico. Y como dijo el poeta catalán: “Entre tantos gritos extraños, que tu voz pura / nos hable. Ya no me queda casi ningún otro consuelo / que el de crecer y esperar la nueva arquitectura / en la que brazos más libres, puedan labrar tu suelo”.
Francisco Arias Solís
El futuro se gana, ganando la libertad.
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jueves, 13 de agosto de 2009
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