JUAN RULFO
(1918-1986)
“Se trabaja con imaginación, intuición y una verdad
aparente; cuando esto se consigue, entonces se logra
la historia que uno quiere dar a conocer.”
Juan Rulfo.
LA VOZ DE UN MITO LITERARIO
El escritor mexicano Juan Rulfo es uno de los más destacados de la literatura hispanoamericana contemporánea. Pocas veces una obra tan breve, con solo dos títulos, han dado a su autor tan gran reconocimiento. Durante sus infancia vivió las violentas revueltas campesinas en su región natal, provocadas por la sublevación cristera, que al grito de ¡Viva Cristo Rey! y con el cómplice silencio de las autoridades eclesiásticas se opuso a las leyes promulgadas por el gobierno de Calles para subordinar la Iglesia al Estado. Estas luchas cristeras enlutaron a la familia de Rulfo, ya que su padre fue asesinado, y tuvieron una gran influencia en su literatura. Tal vez nunca un escritor, partiendo del ámbito localista, ha conseguido trascender con mayor acierto la historia real hacia espacios tan universalistas, pasando de lo real a lo fantástico en una atmósfera poética. Su obra se caracteriza por la utilización de nuevas técnicas narrativas y el uso elaborado del lenguaje popular, la desaparición de las fronteras entre la realidad y la imaginación y un peculiar tratamiento del tiempo. “El tiempo no transcurre en el espacio -nos dijo Rulfo-, como si tan sólo existiera suspendido en la atmósfera”. Es uno de los grandes escritores que pertenecieron al llamado “realismo mágico” hispanoamericano y se ha convertido en un mito literario.
Juan Rulfo nació en Sayula, Jalisco, el 16 de mayo de 1918 y falleció en Ciudad de México el 7 de enero de 1986. Vivió una gran parte de su infancia en San Gabriel, infancia que estuvo marcada por la violencia de los acontecimientos de la sublevación cristera. A los seis años perdió a su padre, asesinado de un disparo en la nuca, y cuando contaba solo diez, falleció su madre. Estudió en un internado y en el seminario de Guadalajara. En la Ciudad de México asiste a algunas clases de historia del arte en la Facultad de Filosofía y Letras. En abril de 1948 contrae matrimonio con Clara Aparicio Reyes. Tras diversos empleos, desde 1962, dirigió el departamento de publicaciones del Instituto Nacional Indigenista. Obtuvo en 1970 el Premio Nacional de Literatura y en 1983 le fue otorgado el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.
Se inició con El llano en llamas (1953), colección de quince cuentos muy originales y de estilo sencillo. Temáticamente transmiten el mundo rural mexicano donde conviven la miseria y la violencia en la existencia de unos campesinos marginados y duros. Sus renovaciones técnicas hacen de los relatos pequeñas piezas maestras que se separan del realismo tradicional. Pedro Páramo (1955), novela magistral, consolidó la fama del autor. Recibida en principio como novela de denuncia, ya que refleja el dolor de su tierra en su forma más universal, y como testimonio de la injusticia, aspecto que es profundamente cierto, pronto fue descubierta como un rico escenario donde cobran fuerza los valores míticos, el fatalismo, la magia y la poesía, en una estructura de imágenes en que se borran los límites entre la realidad y la alucinación, entre el presente y el pasado, entre la vida y la muerte. La presencia de un pueblo muerto, habitado por fantasmas que evocan el pasado doloroso bajo el caciquismo de Pedro Páramo, produce un cuadro estremecedor donde el lector siente la ambigüedad inquietante de estar entre vivos o entre espíritus que no han encontrado el descanso eterno. Esta visión es posible gracias a la magistral utilización de técnicas narrativas: saltos en el tiempo constantes, cambios de puntos de vista, alternancia de monólogos y diálogos, fusión de evocaciones y anécdotas presentes, etc. Pedro Páramo, en consecuencia, ha sido considerada como una metáfora mexicana de la desorientación del hombre moderno. “En realidad es la historia de un pueblo que va muriendo por sí mismo -nos dijo Juan Rulfo-. No lo mata nada. No lo mata nadie. Es el pueblo. El pueblo que nunca tuvo conciencia de lo que podía desde la situación en que estaba”.
En 1980, Rulfo publicó los guiones cinematográficos recogidos en El gallo de oro. Varios de sus relatos han sido llevados al cine (por ejemplo, El despojo y La fórmula secreta, corto y mediometraje, respectivamente), habiendo actuado en algunas películas el mismo autor. Y como dijo el gran novelista mexicano: “El tiempo es más pesado que la más pesada carga que puede soportar el hombre”.
Francisco Arias Solís
Paz y Libertad.
Portal de Internautas por la Paz y la Libertad y de Foro Libre.
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sábado, 29 de agosto de 2009
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