JOSE HERRERA PETERE
(1910-1977).
“El aire que respira
Guadalajara,
naciones estremece,
pueblos levanta.”
José Herrera Petere.
LA VOZ DE LA CREACION POETICA EN PROSA.
Probablemente el escritor más prolífico de la zona republicana durante la guerra civil -excepción hecha de Rafael Alberti- fue José Herrera Petere, también ganador del Premio Nacional de Literatura de 1938, compartido con Antonio Sánchez Barbudo, con su narración épica sobre la defensa de la capital, Acero de Madrid, con título de reminiscencias lopescas, es una creación poética en prosa. Es también autor de Puentes de sangre, acerca de las primeras fases de la batalla del Ebro, iniciada con una gran victoria republicana, y de Cumbres de Extremadura. Novela de guerrilleros, publicada primero en el Madrid asediado de 1938 y reeditada después en el exilio (México, 1945). Cumbres de Extremadura es una auténtica novela de guerra, centrada en este caso en las actividades de un grupo guerrillero republicano en la retaguardia, novela apasionada y realista, brutal incluso, sin el más mínimo distanciamiento estético entre obra literaria e ideología, y en la cual destaca el jefe guerrillero que entra en combate gritando “¡Viva el mundo! ¡Viva la vida!”, en claro contraste con el más conocido de “¡Viva la muerte!”.
José Herrera Petere nació en Guadalajara el 27 de octubre de 1910. Estudió Derecho. Después de la guerra vivió en Francia y México. Desde 1947 residió en Ginebra, donde trabajó en un organismo internacional. Herrera Petere falleció en Ginebra el 6 de febrero de 1977.
El poeta Herrera Petere publicó sus primeros poemas de cuño surrealista en la publicación de Ernesto Giménez Caballero (uno de los superrealistas españoles más importantes) La Gaceta Literaria en 1930. Colaboró, luego, en la revista Octubre, que dirigió Alberti. Su primer libro fue un tomo de novelas cortas: La parturienta. Durante la guerra comenzó a publicar sus romances en la revista del 5º Regimiento, Milicia Popular. Colaboró también en la revista Hora de España, aunque su consagración como escritor le vendría por su novela Acero de Madrid.
En el primer libro de versos de exilio Rimado de Madrid, publicado en 1946, y, según sabemos por una nota inicial, editado para contribuir económicamente “a la heroica lucha del pueblo español y a su cabeza a los guerrilleros” hay un aliento de esperanza. Herrera Petere había publicado poemas sueltos en revistas, en la década del treinta, de corte muy surrealista. En 1938, con Guerra viva -su primer libro-, su poesía cambia radicalmente. En Rimado de Madrid se propone hacer una poesía totalmente realista, narrativa y distinta a cuanto había hecho antes. Para contar una historia -la de preguerra, en la parte que llegó a salir- se propone utilizar la “cuaderna vía”, lo que hace del libro una curiosidad, una obra de gran originalidad. Mas la poesía mejor de Herrera Petere vendrá en la década siguiente, cuando -en cierta forma- retoma el surrealismo inicial, imprimiéndole un sello muy personal.
La publicación de Arbre sans terre en 1950 marca el comienzo de una nueva etapa. A esta colección han de seguir: De l’Arve à Tolède (1955), y posteriormente, Hacia el sur se fue el domingo. Dimanche vers le Sud (1956); La suerte; A Antonio Machado y Cenizas. Cendres, que se publicó en 1975. Todos estos últimos libros de Herrera Petere están publicados en editoriales francesas o suizas. Entre sus obras teatrales podemos citar: Carpio de Tajo; Plomo y mercurio y La serrana o La comedia de la televisión. Como Serrano Plaja, como Antonio Aparicio, como tantos otros, Herrera Petere ve en la segunda guerra mundial una continuación de la guerra española y, en la victoria de los aliados, una esperanza.
Herrera Petere, colaborador del Romancero de la guerra civil y del Romancero general de la guerra de España, amonestó a sus colegas de Francia, instándoles a dejarse de discusiones académicas y a crear una cultura propia en el exilio, cultura que sería inseparable de las luchas políticas en que les situaba la calidad de antifranquistas. “Si los intelectuales -escribía Herrera Petere- no tomamos parte de la reconquista de España y de sus libertades, la otra reconquista, la de la inteligencia, la de la cultura, se quedará en agua de borrajas y tema de elegantes disertaciones...”
En varios momentos y, muy concretamente, en Hacia el sur se fue el domingo, la memoria quiere recuperar un pasado, pero la imaginación, que viene a instalarse dentro de la memoria, crea un pasado apócrifo, saltando de la evocación de la realidad a la invención de realidades nuevas: una serie de constantes enumeraciones caóticas; una forma de discurso totalmente carente de lógica -”Y que todo un tinte morado se esparció por los olivares / y que se oyeron truenos lejanos / y que el mar Mediterráneo se retiró como siempre / a los arenales históricos / y que surgió más fuerte que nunca / como un la sostenido en la llanura... “-; un vocabulario inesperado sorpresivo... son algunos de los procedimientos mediante los cuales el poeta crea ese mundo irreal que, sin embargo, nunca lo es del todo porque una serie de datos reales están siempre en la base.
Francisco Arias Solise-mail: aarias@arrakis.esURL: http://www.arrakis.es/~aarias
Por esa libertad bella como la vida. Aviso: Se ruega a los internautas que pongan en sus páginas el logotipo o banner de Internautas por la Paz y la Libertad que figura en la URL:http://www.arrakis.es/~aarias/internau.htm
Gracias.
viernes, 4 de mayo de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario