LOS INTRANSIGENTES
“Discutiendo están dos mozos
si a la fiesta del lugar
irán por la carretera
o campo traviesa irán.
Discutiendo y disputando
empiezan a pelear.”
Antonio Machado.
HAY MUCHAS FORMAS DE SER TOTALITARIOS
La otra tarde, en un lugar público un determinado individuo, a quien conozco, pasó altivamente a mi lado, como si no me viera. Imaginé por una parte, que trataba de hacerme admirar su perfil de medalla, colocándose en la posición más favorable desde mi punto de vista, pero, por otra parte, descarté en seguida que pudiera estar aquejado de tan cómica vanidad.
Pensándolo mejor, se me ocurrió que jugando aquel caballero a una determinada carta política, entendía que, para decirlo brechtianamente, lo mejor era ir creando una atmósfera de “distanciamiento”.
Medité entonces, melancólicamente, que hay gentes absurdamente totalitarias. Con la persona de que digo existen muchos puntos de contacto. En lo profesional y aun en la coincidencia cronológica, diversos temas podrían servir de pasto a algunas conversaciones.
Pero la persona en cuestión ha tomado partido y ha decidido no compartir su existencia con otras personas de las que llevan la corbata del alma del mismo color que la suya. Entristece pensar que esta actitud de intransigencia mana precisamente de aquellas personas que alzan la bandera de la más absoluta libertad. De la misma manera que hay tantos pacifistas que nos sorprenden por su belicosidad, hay muchos liberales que nos aterran por su totalitarismo. Hay muchas maneras de ser totalitario y la más flagrante de ellas es la que nos ofrece ese señor capaz de renunciar al pan y la sal de la amistad, al servicio de un cantonalismo político.
Se ha recordado con frecuencia que, en otros tiempos, en los años de la Restauración, personalidades de enorme disparidad ideológica tenían a gala cultivar entre ellos una cordial y respetuosa amistad. Don Marcelino Menéndez Pelayo se sentía amigo de don Benito Pérez Galdós, sin perjuicio de que el Catolicismo del polígrafo vapulease, en sus artículos doctrinales, del Radicalismo del novelista. Pero fuera de la liza polémica existía un terreno donde el respeto y la cortesía eran la flor de una exquisita sociabilidad.
Me temo que hemos perdido mucho terreno y aun diría -y bien me duele decirlo- que vamos a perder, en un futuro inmediato, mucho más.
El mundo de las ideas está hecho para conseguir el entendimiento y sólo en los lindes de la madurez aprendemos que la verdad no es blanca ni negra, sino de matizados colores; y que la razón no es nunca absoluta y totalmente de un solo bando.
Al maestro que consiguiera grabar esta sencilla verdad en el corazón de los ciudadanos habría de levantársele el monumento más grandioso y merecido que se ha erigido jamás a persona alguna.
Claro está que para ello el restablecimiento de las condiciones normales del diálogo constituyen una urgencia indesviable. Por eso cuanto se haga en este sentido debe ser estimado como un progreso para la convivencia y como un programa vital ineludible. No ha mucho que un afamado escritor, en unas discretas declaraciones a raíz de la obtención de un gran premio literario, hacía votos por una sociedad futura en la que nunca más la sosegada palabra y el respeto a la opinión de la voz del adversario pudiera quedar apagada por la violencia. Y es que como dijo el poeta: “Pido la paz y la palabra”.
Francisco Arias Solise-mail: aarias@arrakis.esURL: http://www.arrakis.es/~aarias
WIKIPEDIA: http://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Arias_Sol%C3%ADs
Cuando hay libertad, todo lo demás sobra. Aviso: Se ruega a los internautas que pongan en sus páginas el logotipo o banner de Internautas por la Paz y la Libertad que figura en la URL:http://www.arrakis.es/~aarias/internau.htm
Gracias.
sábado, 26 de mayo de 2007
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