ANSELMO SUÁREZ Y ROMERO
(1818-1878).
“... la música de estos negros llega al alma, habla al corazón;
principalmente aquellas canciones que entonan en memoria de
los difuntos, con el cadáver en medio de una tarima, y ellos en
torno sollozando.”
Anselmo Suárez y Romero. Francisco.
LA VOZ QUE CLAMA POR LA ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD
En 1880 se publica en Nueva York la novela Francisco: El ingenio o las Delicias del Campo, debida a la pluma de Anselmo Suárez y Romero. La obra había sido publicada antes en forma fragmentaria y parece que estaba escrita desde 1839. Su autor que había cursado estudios en el Seminario de San Carlos y en la Universidad de la Habana, para dedicarse luego a la enseñanza, redactó su obra con una evidente intención social: la abolición de la esclavitud. Pero resulta que cuando apareció Francisco, el proceso liberador de esclavos se hallaba ya tocando a su fin. La defensa llegaba tarde. Y eso que, hay que reconocerlo, Francisco “es la primera novela abolicionista que se produjo en Cuba, motivo por el cual circuló primero manuscrita”, según afirma J.J. Remos. Y aun conviene agregar que es un grito de libertad de razas anterior al de Beecher-Stowe, en La cabaña del tío Tom. Pero, pese a esta primacía cronológica del tema en la novela cubana -había que tener en cuenta asimismo Sab, de la Avellaneda-, Suárez y Romero, en su Francisco, quedó bastante lejos de la meta propuesta.
Villaverde, la Avellaneda y Suárez y Romero son los tres máximos representantes de la novelística cubana en el siglo XIX. Otros narradores hay que, aún moviéndose en plano inferior, contribuyen a dar a la prosa narrativa cubana, singularmente a la costumbrista, un lugar destacado en el panorama literario de Hispanoamérica.
Nace Anselmo Suárez y Romero en La Habana el 21 de abril de 1818. Se graduó en Leyes en la Universidad. Venida a menos su familia, tiene que recluirse en el ingenio de Surinam (Güines), donde permanece once años entregado a la lectura, al estudio y al cultivo de las letras. En Güines primeramente y luego en la capital actuó como profesor de diversos colegios: el de Santa Teresa, el Cubano, etc. Obtenido al fin el título de abogado, ejerce como tal, dedicándose sobre todo a los asuntos de su familia. Colaboró en los periódicos más importantes de su tiempo. Suárez y Romero murió en La Habana el 7 de enero de 1878. De él, diría Martí: Realmente Anselmo Suárez y Romero es un generoso corazón y uno de nuestro más castizo hablistas”.
Las costumbres cubanas están recogidas en Francisco con fidelidad y gusto. Alguien ha dicho, sin embargo, que Romero sólo supo sacar un “idilio de Arcadia convencional donde había elementos para un cuadro de Goya”.
Además de Francisco, Suárez Romero escribió cuadros costumbristas; entre ellos sobresalen los titulados El guardiero, Debajo de las cañas bravas, Palmares y, sobre todo, Carlota Valdés. La prosa de Romero, aun en medio de su realismo, es fundamentalmente romántica. Y como dijera el maestro costumbrista: “¡Ay, noches de Cuba, yo quiero morir mirándoos!”
Francisco Arias Solise-mail: aarias@arrakis.esURL: http://www.arrakis.es/~aarias
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No se puede ser libre más que entre libres. Aviso: Se ruega a los internautas que pongan en sus páginas el logotipo o banner de Internautas por la Paz y la Libertad que figura en la URL:http://www.arrakis.es/~aarias/internau.htm
Gracias.
sábado, 14 de abril de 2007
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