viernes, 27 de abril de 2007

ANTONI GAUDÍ POR FRANCISCO ARIAS SOLIS

ANTONI GAUDI
(1852-1926)

“La originalidad es la vuelta a los orígenes ”.
Antoni Gaudí.

LA VOZ DEL LIRISMO ORNAMENTAL

Gaudí fue un verdadero genio de fin de siglo y es la máxima figura de la arquitectura catalana. Con él la arquitectura se convierte en fantasía surrealista y desenfrenada. Participa del movimiento neobarroco. Su producción encaja cronológica y estilísticamente con el modernismo, pero con unas características muy personales.

Antoni Gaudí i Cornet nació en Reus el 25 de junio de 1852. Hijo de un industrial calderero, en su ambiente familiar empezó a interesarse por la construcción y el análisis de las formas espaciales, elemento que será recurrente a lo largo de su obra. Desde pequeño padeció un problema reumático que le impidió jugar con los niños de su edad. Problema que le hizo faltar a menudo a clase. Esta enfermedad le acompañó toda su vida y para ello, los médicos le recomendaron una dieta vegetariana y que paseara siempre que le fuera posible.

Estudió con los Escolapios manifestando desde pronto una profunda religiosidad y la afición por los asuntos teológicos. Se trasladó a Barcelona para estudiar arquitectura, tardó nueve años en finalizar sus estudios. Fue una alumno difícil, al que se le atragantaron varias asignaturas. Aun así, antes de su graduación, ocurrida en 1878, ya había colaborado en algunos proyectos de sus profesores.

Sus primeras obras, como la Casa Vicens, comenzada en 1883, el ábside de la Sagrada Familia o el Palacio Güell, albergan reminiscencias neogóticas en cuanto a la estructura e influencias estilísticas islámicas. Para la decoración recurre a materiales cerámicos policromados, que dan a los conjuntos gran viveza y brillantez. Al mismo tiempo, el inquieto Gaudí realizar experimentos constructivos, como el uso de arcos parabólicos, que acaban por dificultar su encasillamiento personal en ningún estilo constructivo concreto y hacen difícil definir su obra a partir de ninguna corriente conocida.

En épocas de persecución, se negaba a abandonar el uso de la lengua catalana aún a costa de pasar una noche dentro de un calabozo y cuando, después de años de censura, el sentimiento catalanista reivindica sus derechos, Gaudí seguía de cerca los eventos nacionalistas como lo muestra su ingreso en la “Associació Catalanista d’Excursions Científiques”. La participación en esta asociación le permitió aumentar su conocimiento de la histórica arquitectura catalana.

Caracterizado por sus contemporáneos como un personaje hosco y taciturno, de costumbres solitarias y poco aficionado a las apariciones en público, sin embargo estableció fuertes lazos con sus subordinados, trabajando estrechamente en la decoración de sus edificios. Embebido en su pasión principal, la arquitectura, su vida fue austera y rigurosa, poco dada a los excesos. Nunca se casó y no se le conocen amores, no hizo manifestaciones políticas, no dictaba conferencias y sólo una vez publicó un escrito, un artículo que, con el título de “La Renaixença”, apareció en 1881.Su pasión, su única pasión, era la arquitectura. Gaudí falleció en Barcelona el 10 de junio de 1926, atropellado por un tranvía.

Casi toda su obra se halla en la ciudad de Barcelona. En su templo inconcluso de la Sagrada Familia (1883) emplea, sobre un esquema gótico, arcos parabólicos y curvas de formas caprichosas con abundante decoración vegetal. Las cuatro torres de la fachada del Nacimiento son más escultura que arquitectura. De los frontones, tallados en la piedra a imitación de la nieve, emergen diversas estatuas de la vida de Jesús. Otra característica de su estilo es el deseo de movimiento, que intenta alcanzar a través de la ondulada masa de piedra, como en la casa Milá (La Pedrera) (1906-1910).

La actividad de Gaudí se extiende a la jardinería gracias al conde de Güell, que le encarga el parque que lleva su nombre (1900-1914). Esta obra causa verdadero asombro por sus volúmenes ondulados y atormentados y el empleo de fragmentos de cerámica de color integrados en la masa de hormigón. Por último, su obra más avanzada, tanto estructural como plásticamente, es la cripta de Santa Coloma de Cervelló (1898-1914), con columnas inclinadas y una interpenetración espacial interior-exterior, que le señalan como maestro incomparable del lirismo ornamental. También es obra de Gaudí el palacio episcopal de Astorga (1887-1893), en el que se mezclan religiosidad y simbolismo místico.

Otras obras de Gaudí son: villa Quijano (1883-1885. Comillas) y, en Barcelona, palacio Güell (1885-1890), colegio de Santa Teresa (1888-1890) y casa Batlló (1904-1906).

La Pedrera fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO el 2 de noviembre de 1984, junto con el Palau Güell, el Park Güell y la Cripta de la Colonia Güell.

Con el tiempo Gaudí se ha convertido en una figura puntera de la arquitectura internacional y su obra es admirada por millones de personas que contemplan sus edificios y sus construcciones. Cada vez más el interés por Gaudí, por la vida y por la persona del genio del lirismo ornamental, aumenta.” La originalidad es la vuelta a los orígenes”, repitió muchas veces Gaudí, por eso quiso utilizar la piedra original y no la elaborada, que puede ser una obra de arte, pero no obra de la naturaleza.


Francisco Arias Solise-mail: aarias@arrakis.esURL: http://www.arrakis.es/~aarias
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Gracias.

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